Europa no rechaza la tecnología, pero tampoco la acepta de forma acrítica. Esa es una de las principales conclusiones del informe European Tech Insights 2025, elaborado por el Center for the Governance of Change de IE University, que analiza la percepción ciudadana sobre tecnología, inteligencia artificial (IA), soberanía digital y geopolítica en diez países europeos. En un contexto marcado por la rivalidad entre Estados Unidos y China, el auge de la IA y el refuerzo del debate sobre defensa y autonomía estratégica, los europeos muestran una postura clara, tal y como resume el informe: "Los europeos expresan apoyo al avance tecnológico cuando este refuerza la seguridad, la inclusión y el bienestar social, y resistencia cuando el cambio se percibe como impuesto o desalineado con sus valores". Solo un 22% de los europeos considera que liderar globalmente la tecnología debe ser el principal objetivo de Europa Competitividad sí, pero no como prioridad absoluta Aunque la competitividad tecnológica ocupa un lugar central en la agenda política europea, no lo hace en la mente de los ciudadanos. Solo un 22% de los europeos considera que liderar globalmente la tecnología debe ser el principal objetivo de Europa. En cambio, un 42% prioriza la seguridad y la resiliencia; y un 36% sitúa la inclusión social como objetivo fundamental. España destaca especialmente en este punto. Junto con Italia, es uno de los pocos países en los que la mayoría de la población prioriza la inclusión por encima de la seguridad o la competitividad. El mensaje es claro: la transición digital no debe dejar a nadie atrás. Esta lógica se extiende también al uso de fondos públicos. Un contundente 71% de los europeos prefiere que el dinero público se destine a educación y sanidad antes que a invertir más en IA para competir a escala global. Incluso en los países más favorables a la IA, como Alemania, el apoyo a aumentar esta inversión no alcanza a la mayoría de la población. El auge de la soberanía tecnológica europea Uno de los cambios más significativos que recoge el informe es el respaldo ciudadano a una mayor autonomía tecnológica y estratégica de Europa. Esta idea ya no es solo un concepto político, sino una demanda social cada vez más asentada. Casi 3 de cada 4 europeos (72%) quieren que los datos públicos sensibles se almacenen exclusivamente en servidores ubicados en Europa. Además, un 63% prefiere tecnologías de seguridad desarrolladas por empresas europeas, incluso aunque tengan un coste más elevado. La lógica del "comprar europeo" gana fuerza frente a la dependencia tecnológica externa. En palabras del informe, "los europeos parecen cada vez más dispuestos a priorizar la autosuficiencia y la seguridad frente a la conveniencia económica o la apertura global". Una relación más fría con Estados Unidos y mayor apertura a China La geopolítica tecnológica también está cambiando. Aunque la mayoría de europeos sigue prefiriendo alinearse con Estados Unidos frente a China, el apoyo a Pekín ha crecido de forma notable: casi 1 de cada 3 europeos opta ahora por...