El salto de escala que ha experimentado el turismo es una de las grandes transformaciones que ha vivido Cataluña durante el primer cuarto del siglo XXI. El país ha duplicado los 13,4 millones de visitantes que ya recibía al final del siglo XX y ahora se sitúa cerca de los 27,6 millones de personas, según datos del INE. Barcelona lidera esta explosión, con 12,7 millones de visitantes en 2024, casi la mitad. El crecimiento ha sido “mucho más rápido” que el de otras ciudades europeas inmersas en el auge del turismo urbano, lo que explica “parte de las tensiones que ha generado el turismo”, en opinión del comisionado de turismo de Barcelona, quien afirma que se ha tocado techo y que existe un consenso sobre “no crecer más”. Sitúan el “salto extraordinario” del turismo en Barcelona entre los años 2000 y 2015: “Se produce en todos los sentidos: crece muchísimo la oferta de alojamiento, la ciudad se pone de moda y las cifras de crecimiento anual (de visitantes) son imparables”. Así es como se pasó de poco más de 4 millones de visitantes anuales en el año 2000 a cerca de 9 millones en 2015, según indican los datos del Observatorio de Turismo de Barcelona. El “techo”, al que se refiere el comisionado, se alcanzó en 2019, con casi 14 millones de visitantes, una cifra que no se ha vuelto a alcanzar después de la pandemia, con los 12,7 millones de 2024 como última referencia. Todo este crecimiento ha ido acompañado de otras cifras récord, por ejemplo, en el ámbito de la movilidad. El aeropuerto de El Prat batió el año pasado el récord absoluto de pasajeros, con 55 millones (el máximo teórico de la instalación, según Aena), cuando a finales del siglo XX no llegaba ni a los 20 millones. Y el Puerto de Barcelona cerró 2024 con un nuevo récord de 3,65 millones de cruceristas, en casi 800 operaciones, una cifra de llegadas que se ha multiplicado por diez en el último cuarto de siglo. Frente a estas cifras, y según el comisionado de turismo del Ayuntamiento, Barcelona decidió “en su momento” -en referencia al Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), aprobado en 2017- “y mantiene firmemente” la decisión de “no crecer” más en plazas turísticas, y por tanto tampoco en número de visitantes. De acuerdo con esta “decisión”, pronostica que en los próximos años la cifra de visitantes se estabilizará alrededor del volumen actual (12,7 millones). Es decir, que los cerca de 14 millones de visitantes de 2019 no se repetirán. “Este es el paradigma y el modelo actual (reflexión, gestión)”, dice, fruto de un consenso “percebido por la mayor parte de la ciudadanía, pero también por la mayoría de los operadores turísticos, y esto es muy importante”, concluye. La capital ha impulsado las cifras de visitantes en todo el país, ya que la ciudad por sí sola acapara el 46% del turismo nacional. Sin embargo, a diferencia de Barcelona, en Cataluña en su conjunto, el crecimiento del turismo aún no se ha detenido, ya que los más de 27 millones de visitantes recibidos en 2023 y 2024 son cifras récord, superando el techo prepandémico de 26,1 millones, tal como muestra la serie histórica de la encuesta del INE sobre ocupaciones turísticas. Una serie que revela la explosión del turismo en el país en 25 años, ya que durante este período se ha duplicado el número de visitantes en Cataluña, de 13,4 millones en 2001 a 27,5 millones el año pasado. El salto ha estado muy ligado al auge del turismo extranjero, tanto en Barcelona como en el resto del país. Por ejemplo, de los 21,5 millones de viajeros que el año pasado se alojaron en hoteles catalanes, 14 fueron extranjeros, es decir, casi el 65%. Hace un cuarto de siglo, los extranjeros no llegaban a los 6 millones y representaban menos del 55% del total. Más allá de la capital, el turismo ha crecido en los principales destinos turísticos, y en general en todas las provincias de Cataluña. La ocupación hotelera se ha más que duplicado en el área de Barcelona (de 5,3 millones a 13,1 millones, según datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera del INE), y ha crecido de forma similar, en términos relativos, en Tarragona, de 1,3 millones a casi 3,2 millones. En Girona, el salto es de 2,5 a 4,2 millones (un 66% más), y en Lleida es mucho menor en números absolutos y relativos: de menos de 700.000 turistas en hoteles a cerca de 960.000 (un 37% de crecimiento). En cuanto a las principales zonas turísticas, la Costa Brava capitaliza el turismo de Girona. El año pasado, alojó a 4 millones de visitantes solo en hoteles (de los 4,2 millones de toda la demarcación), un millón y medio más que hace 25 años. En Tarragona, en los municipios de la Costa Daurada, el incremento de visitantes en hoteles ha sido aún superior, hasta un 120% más. Las cifras que reflejan el auge del turismo son el paso de 1,3 millones a 2,9 millones de clientes de hoteles entre 1999 y 2024.