Descubierto un misterioso ajedrez veneciano del siglo XV en la Basílica del Pilar: "Lo encontramos revisando ornamentos para llevarlos a limpiar"

Un tesoro oculto ha salido a la luz en uno de los lugares más emblemáticos de Zaragoza: la Basílica del Pilar. Durante una revisión rutinaria, el canónigo José Antonio Calvo ha descubierto un misterioso ajedrez y backgammon veneciano datado en el siglo XV. El hallazgo ha resultado ser una caja de juegos de la familia Embriacci, un objeto de gran valor histórico y artístico del que solo se conoce otro ejemplar idéntico, actualmente expuesto en el Museo Británico. El descubrimiento ha ocurrido de forma completamente fortuita. El canónigo se encontraba en la capilla de San Pedro Arbués, dentro de la propia basílica, con la tarea de "revisando ornamentos sagrados para llevar a limpiar algunos y para restaurar otros". Fue entonces cuando se topó con un arcón que contenía varios objetos, entre ellos una caja de madera con detalles de hueso y marfil que captó inmediatamente su atención. Aunque inicialmente la dejó, la curiosidad le pudo y al día siguiente regresó a por ella. "Le hice una foto y se la mandé a Carolina Anaya, que es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza, porque intuí que era una pieza no solo curiosa, sino de valor", ha explicado Calvo. La respuesta de la experta confirmó sus sospechas de inmediato a través de un mensaje que revelaba la importancia del objeto. La pieza es una caja de juegos portátil, de un tamaño aproximado de "un palmo", diseñada probablemente para ser usada durante los viajes. La parte superior muestra un tablero de backgammon, mientras que el interior alberga un tablero de ajedrez. Pese a su antigüedad, de más de 500 años, el canónigo ha asegurado que su "estado de conservación es excepcional", aunque lamenta la pérdida de dos pequeñas piezas de hueso de los laterales que no ha podido localizar. El gran interrogante ahora es cómo llegó esta obra de arte del Quattrocento italiano a la Basílica del Pilar. A diferencia de las obras encargadas directamente para el templo, que están perfectamente documentadas, aquellas recibidas a través de herencias o legados no siempre se inventariaban con el mismo rigor. "No están tan perfectamente inventariadas otras piezas que se han recibido por parte de herencia, bien porque no les han dado importancia, bien porque tampoco han sabido seguir la trazabilidad", ha señalado José Antonio Calvo. La principal hipótesis del canónigo es que la caja de juegos proceda de la "testamentaría o del legado de alguno de los canónigos de la época". Según su teoría, pertenecería a una persona con una posición económica solvente y con conexiones directas con el ambiente italiano del Quattrocento, lo que le habría permitido adquirir una de las piezas "más apreciadas del momento". Para Calvo, este objeto es un "pequeño tesoro" que se suma al principal tesoro del templo: "la columna puesta por la virgen". El canónigo califica el evento más como un "hallazgo" que como un descubrimiento, sugiriendo que la pieza pudo ser arrinconada y su función original olvidada, pasando a usarse "para guardar llaves u otra cosa". El siguiente paso es estudiar la pieza en profundidad. Ya se ha realizado la ficha de inventario correspondiente y, con la ayuda de expertos, se espera desvelar más detalles sobre su historia. Este hallazgo abre la puerta a que aparezcan más objetos de valor similar. El canónigo ha recordado que el Pilar es un edificio con una larga historia y que "pueden aparecer más" de estas "pequeñas obras" a las que en el pasado no se les dio importancia. Afortunadamente, como él mismo ha concluido, las catedrales cuentan hoy con un "gran equipo de patrimonio" que trabaja continuamente para identificar, catalogar y preservar este valioso legado histórico.