Cuando el silencio sostiene una vida dedicada a la Festa

Bajo las bóvedas de Santa María, en Elx, el tiempo aprende a escucharse a sí mismo. Allí el Misteri no se contempla: se vive, se atraviesa, se respira. Para Antonio Antón Latour, la Festa no fue nunca un episodio ni una etapa, sino una manera de estar en el mundo, un pulso continuo que acompañó su vida desde la infancia hasta la madurez, sin fisuras ni silencios.