Este 2024, Proyecto Hombre Granada ha celebrado su 25 aniversario, un cuarto de siglo dedicado a la rehabilitación y dignificación de personas con problemas de adicción. Manuel Mingorance, director-presidente de la organización, ha destacado que la celebración se ha centrado en "la rehabilitación y la reinserción social y laboral de muchísimas personas que han recuperado su dignidad". Mingorance subraya la fortaleza que adquieren quienes superan una adicción: "Yo siempre digo en mi alta terapéutica, la persona que ha caído y se ha levantado es más fuerte que la que no ha caído". Para hacer frente a los nuevos desafíos, la organización ha consolidado su presencia en la ciudad con la compra del edificio que ocupaba en la calle Santa Paula, número 20. Este paso permite a la entidad soñar con "una reforma integral" para acoger a los usuarios como merecen en un edificio moderno y sostenible. El primer gran paso, la adquisición del inmueble, ya se ha completado. Además, recientemente se ha inaugurado la ampliación de la comunidad terapéutica que Proyecto Hombre tiene en Huéscar Santillán. Gracias a la ayuda de la Junta de Andalucía, se han sumado 17 plazas más a las 20 ya existentes, conformando un centro que ha impresionado a las instituciones y colaboradores por su calidad. Manuel Mingorance advierte de un cambio en el panorama de las dependencias. Aunque ya no existe la alarma social que generó la heroína en los años ochenta, Mingorance afirma que "hoy hay mucho más problema de adicciones que en aquellos años". La cocaína ya supera al alcohol como sustancia principal entre sus usuarios, y el cannabis, el éxtasis y otras drogas sintéticas presentan serios problemas. El mayor reto de futuro son las adicciones comportamentales o sin sustancia, de las que, según Mingorance, "ahora mismo estamos con la punta del iceberg". Alerta de que en "5 o 10 años vamos a tener un problema muy serio" con adicciones al juego, las apuestas online, los videojuegos, las redes sociales y la pornografía. Según explica, "la adicción tiene una gran función, que es anestesiar nuestra realidad", un mecanismo para tapar problemas no resueltos. El trabajo de Proyecto Hombre se extiende a todos los ámbitos, desde la prevención educativa, comunitaria y laboral hasta programas ambulatorios y residenciales. Mingorance destaca la "magnífica labor" que se realiza en la prisión de Granada, especialmente en módulos que acogen a "lo pobre de lo más pobre": personas privadas de libertad con problemas de adicciones, discapacidad intelectual y problemas de salud mental. El objetivo es que aprovechen su tiempo en prisión para "salir con un futuro y un horizonte de vida mejor que con el que entraron".