Alejado de los focos y los micrófonos, Carlos Alcaraz intenta dejar atrás la abrupta ruptura con Juan Carlos Ferrero , noticia que desconcertó al circuito y de la que todavía no se saben todos los motivos que llevaron al desenlace tras siete años de convivencia y éxitos, creando una burbuja a su alrededor en el Club de Campo de Murcia y en la que solo caben entrenamientos, bromas con compañeros y rivales y buenos augurios para 2026. En la pista celebró Alcaraz la Navidad, con un entrenamiento en casa y con Flavio Cobolli como rival en esta pretemporada atípica para él después de todas las que compartió con su ya exentrenador. Sigue en Murcia, donde pasó reconocimientos médicos, descubrió el nuevo tatuaje que luce en su brazo izquierdo y que conmemora su primer US Open con la estatua de la Libertad y el Puente de Brooklyn, y puso a tono su cuerpo tras los días de vacaciones antes de empuñar de nuevo la raqueta y centrarse en un 2026 que comienza fuerte, con un Abierto de Australia (desde el 18 y hasta el 1 de febrero) que ambiciona desde hace tiempo. Por el momento, no le han ido todo lo bien que quisiera en este territorio al ganador de seis Grand Slams (tercera ronda en 2022, octavos en 2023, no participó en 2024, no pasó de cuartos en 2025), por eso se está empleando a fondo estos días para cuidar hasta el más mínimo detalle. Parece, o quiere, haber dejado atrás la tormenta de la ruptura, y se está entrenando con ganas, con compañeros como Cobolli y Pedro Martínez , y con baño de multitudes posterior a esta jornada de entrenamiento de puertas abiertas. Le espera una temporada que comienza con las dudas que lanza el circuito de cómo seguirá su camino sin su mentor desde que tenía 14 años. Por el momento, muestra complicidad y buen ambiente con Samuel López , quien fuera segundo entrenador con Ferrero y que ahora ejerce de capitán del murciano en solitario. Ya en este 2025, el alicantino fue partícipe en el cambio de saque de Alcaraz, golpe en el que mejoró el movimiento para hacer más fluido y más potente. Y para este 2026, todavía quieren avanzar en esa dirección. Con otros cambios sutiles a la hora de lanzar la pelota , se le ha visto al murciano repetir algunos de los trucos que ya le funcionaron bien en el pasado, como ese atípico entrenamiento para practicar el lanzamiento de la pelota al aire para el que se vale de una pequeña canastita que sujeta su entrenador y que le indica el momento y la altura perfecta para que su saque sea óptimo. Sabe Alcaraz que si quiere seguir siendo número 1 y aspirante a todos los Grand Slams, necesita adaptarse y avanzar, así se lo exige su archirrival, Jannik Sinner. Entre los dos se han repartido los últimos siete grandes títulos y nadie duda de que serán los favoritos en todas las plazas de este 2026. Para abrir boca de todos los Alcaraz-Sinner que los aficionados quieren ver esta temporada, habrá uno el 10 de enero, a modo de exhibición, en Corea. Ya en tierras australianas, y antes de que comience el primer Grand Slam del año, el murciano y el italiano podrían volver a verse las caras en otro torneo oficioso, llamado «One Point Slam» («Grand Slam de un punto») con el que la organización del Abierto de Australia quiere amenizar a los aficionados. En él se reunirán, además del español y el italiano, otros nombres destacados como Nick Kyrgios, Iga Swiatek y Coco Gauff, además de la participación de tenistas amateurs que quieran probar suerte, el 14 de enero, a jugar partidos a solo un punto y con un millón de dólares en juego. A partir de ahí, lo serio. Un Grand Slam que desea Alcaraz y para el que ya tiene pensado tatuaje, y en el que tendrá que blindar cuanto pueda la burbuja para evitar que los comentarios sobre la ruptura con Ferrero tuerzan su intención. El murciano, que ya dijo en una entrevista con este periódico que la vida del tenista es «aburrida» al saber cuándo y dónde jugará los próximos meses, mantendrá un calendario similar de torneos. Primero en Australia, después Róterdam, que ganó en 2025, y gira norteamericana con Indian Wells y Miami antes de que llegue la tierra batida: Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros. Queen's y Wimbledon en hierba y verano en América, con Canadá, Cincinnati, US Open