El sector primario de la Comunidad Valenciana ha cerrado un año 2025 especialmente duro, marcado por las pérdidas económicas y una creciente incertidumbre. El último episodio de lluvia y granizo ha provocado daños que La Unió Llauradora estima en unos 30 millones de euros y ha afectado a cerca de 22.000 hectáreas de cultivos como el caqui. Esta situación se suma a una serie de problemas estructurales que han llevado al campo a una situación límite, culminando en movilizaciones como la tractorada celebrada en Valencia. Las principales organizaciones agrarias han puesto de manifiesto las tendencias que ahogan al sector. Desde AVA-ASAJA alertan sobre la "ralentización" en el consumo de fruta, una consecuencia directa del encarecimiento de la cesta de la compra. Ramón Espinosa, secretario técnico de la organización, ha señalado que este descenso del consumo "evidentemente, tiene un impacto también directo en la producción". A esta situación se suma la crisis demográfica en la ganadería. Juan Luis Gimeno, representante de AVA-ASAJA, ha advertido sobre la avanzada edad de los profesionales del sector. "La media de los ganaderos, ya no en Alicante, a nivel nacional, pero sobre todo en Alicante, es de más de 60 años", ha afirmado. Según Gimeno, el relevo generacional es "prácticamente casi nulo", lo que aboca a un futuro de dependencia exterior. Por su parte, el presidente de la organización en Alicante, José Vicente Andreu, ha señalado la sobrepoblación de jabalíes y otras especies de fauna salvaje como otro de los grandes problemas. Andreu ha denunciado que se producen tres accidentes diarios de carretera por jabalíes y que la fauna se ha convertido en una de las "grandes plagas", especialmente en las zonas más despobladas. "El campo se está abandonando y lo están colonizando otras especies, y esas especies a los pocos que quedan del campo nos están echando", ha lamentado. En este contexto, la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (UNASPI) ha organizado una tractorada en Valencia para exigir políticas que protejan al sector. La principal reivindicación es que España no apoye la ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur, que consideran una sentencia para el campo español. "Supone la invasión de productos sudamericanos a muy bajo precio y la destrucción de la agricultura y la ganadería española", ha sentenciado Pepe Benlloch, representante de UNASPI. Los agricultores y ganaderos denuncian que este tipo de tratados les obliga a competir en condiciones de desventaja. Benlloch ha explicado que los productores de fuera no están sujetos a los mismos controles ni a la prohibición de ciertos productos fitosanitarios que sí se aplican en Europa, lo que les permite producir mucho más barato. "Aquí tenemos prohibidos una serie de productos fitosanitarios, los que vienen de fuera, esas exigencias no las tienen", ha criticado. Finalmente, los manifestantes también han clamado contra el exceso de burocracia, como las normas "imposibles" para solicitar las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). "No queremos la PAC, lo que queremos es que los precios valgan lo que tienen que valer", ha concluido Benlloch, resumiendo el sentir de un sector que asegura que su lucha "continuará hasta que lo consigamos".