Así es la estridente forma que tienen los daneses de celebrar año nuevo

Se sirve con frecuencia la 'kransekage', una torre de anillos de mazapán asociada específicamente a las celebraciones de Año Nuevo Este es el ritual de año nuevo que tienen los japoneses: tranquilidad y limpieza En Dinamarca , la víspera de año Nnuevo , conocida como Nytarsaften , se celebra tradicionalmente como una de las noches más intensas y sociales del calendario. Más allá del simple cambio de fecha, el 31 de diciembre combina rituales domésticos, actos simbólicos y una fuerte presencia del ruido y la pirotecnia en el espacio público , en una celebración que, sin ser uniforme, destaca por su carácter marcadamente festivo y colectivo. Uno de los momentos centrales de la jornada tiene lugar a última hora de la tarde, cuando muchos hogares siguen por televisión el discurso de Año Nuevo del Rey Federico X , una costumbre arraigada que funciona como punto de arranque simbólico de las celebraciones. Este mensaje, seguido de forma transversal por generaciones distintas, introduce una pausa reflexiva antes de que la noche adopte un tono más distendido y ruidoso. Un manjar tradicional La cena de Nochevieja suele celebrarse en casas particulares, con reuniones de familiares o amigos que se prolongan hasta la medianoche. En ese contexto se sirve con frecuencia la kransekage , una torre de anillos de mazapán asociada específicamente a las celebraciones de Año Nuevo, que se acompaña con brindis de champán y marca uno de los gestos gastronómicos más reconocibles de la noche. Uno de los rituales más llamativos tiene lugar justo al cambiar el año: saltar desde una silla, un sofá o una superficie elevada al compás de las campanadas. Este gesto simbólico, ampliamente extendido aunque no universal, representa la idea de “entrar” físicamente en el nuevo año y se ha convertido en una de las imágenes más características de la celebración danesa. Fuegos artificiales y jornada de descanso A partir de la medianoche, el protagonismo pasa en muchos casos a los fuegos artificiales privados , cuyo uso está permitido en un marco temporal concreto y forma parte de una tradición muy arraigada. El resultado es un entorno sonoro intenso que se deja sentir especialmente en calles, plazas y zonas residenciales, y que contribuye a la percepción de la Nochevieja danesa como una de las más ruidosas del norte de Europa. En las grandes ciudades, este ambiente se traduce a menudo en encuentros espontáneos en el espacio público , donde grupos de personas se reúnen para brindar y lanzar petardos tras la medianoche. No se trata de actos organizados, sino de una expresión informal de celebración colectiva que convive con otras formas más domésticas o tranquilas de pasar la noche. El 1 de enero es festivo nacional en Dinamarca y suele vivirse como una jornada de descanso tras la intensidad de la víspera . Muchas personas optan por reuniones más relajadas, comidas tardías o actividades tranquilas, en un contraste deliberado con el tono ruidoso y expansivo de la noche anterior. En conjunto, la celebración danesa de Año Nuevo combina rituales compartidos, ruido, simbolismo y vida social , sin responder a un único modelo cerrado. La mezcla de solemnidad inicial, explosión festiva a medianoche y recuperación pausada al día siguiente ofrece una imagen fiel de una tradición que privilegia la experiencia colectiva y la expresión abierta del paso del tiempo.