A pesar de los grandes avances en los modelos de predicción del tiempo y la renovación tecnológica que ha permitido una mayor productividad de las instalaciones eólicas, hidroeléctricas y fotovoltaicas, los tres grandes músculos verdes del sistema energético en España no dejan de ser fuentes que van y vienen en función si hay viento, lluvia o sol. Es habitual que sus picos de producción coincidan con momentos de menor actividad económica y social, como por la noche; y, además, su expansión choca con un escenario de contención general por parte de hogares e industrias y el bum del autoconsumo.