"Un andaluz logró ser rey de Inglaterra durante un día; cuando terminó, Juan dejó de ser rey, pero se volvió a Lepe forrado"

Aunque suene a una de las muchas historias ingeniosas que han dado fama a su pueblo, no es un chiste: un andaluz de Lepe logró ser rey de Inglaterra durante un día en el siglo XV. La sorprendente historia de Juan de Lepe, que se ha viralizado a través de un vídeo en la plataforma TikTok, demuestra que la realidad, a veces, supera a la ficción. Por azares del destino, este lepero acabó en la corte del rey Enrique VI, descrito en el relato como el primero de la dinastía Tudor. La historia presenta al monarca como un hombre serio, aburrido y agarrado, pero con una debilidad que lo consumía: su pasión por los juegos de cartas. Aquí es donde entra en juego la figura de Juan de Lepe. Con su gracia, picardía e ingenio, el andaluz se ganó la confianza del rey hasta convertirse en su compañero de juego inseparable. La relación llegó a tal punto que, en una partida, el monarca le lanzó una apuesta insólita: "Si me ganas, te dejo que gobiernes Inglaterra durante 24 horas y te dejo la renta del reino también". Contra todo pronóstico, Juan de Lepe ganó la partida. Fiel a su palabra, el rey le cedió el trono y las arcas del reino por un día. Lejos de embarcarse en conquistas o grandes hazañas, el lepero demostró una gran inteligencia y pragmatismo durante su efímero mandato. Durante sus 24 horas como rey, Juan de Lepe se dedicó a una única tarea: asegurar su futuro. Acumuló todo el dinero, derechos, privilegios y permisos que pudo para llevárselos de vuelta a España. Al finalizar el día, dejó de ser rey, pero regresó a Lepe convertido en un hombre rico. La figura de Enrique VI, un monarca serio y aburrido con debilidad por el juego, contrasta con las curiosidades de otros miembros de la realeza, como el tierno objeto que el rey Carlos III lleva en sus viajes. La de Juan de Lepe, sin embargo, es una de las conexiones más sorprendentes de España con el trono inglés, aunque no la única. Décadas más tarde, Felipe II también fue rey de Inglaterra, aunque consorte, por su matrimonio con María I. Así, mientras Lepe es conocida hoy por sus chistes, la historia de su vecino más ilustre permanece como un testimonio de ingenio y audacia. Una anécdota que, seguramente, no le hizo ninguna gracia al rey Enrique VI.