“Entrar al crimen organizado tiene únicamente dos caminos: la cárcel o la muerte”, reza una advertencia que, actualmente, toma nombre y rostro en al menos seis de los jefes de seguridad que algún día estuvieron al servicio de Los Chapitos, los hijos de Joaquín Guzmán Loera que heredaron el imperio criminal que su padre edificó en el Cártel de Sinaloa. El efecto dominó que terminó con la trayectoria criminal de cada uno de los lugartenientes comenzó el 17 de octubre de 2019. Aquel día, Culiacán ardió luego de que la facción mostró el músculo de su aparato sicarial que, en el afán de evitar el arresto de Ovidio Guzmán López, desataron balaceras, bloqueos, homicidios, privaciones de la libertad y múltiples ilícitos en la capital sinaloense.El terror que desataron entre la población civil terminó por orillar al ex presidente Andrés Manuel López Obrador a ordenar la liberación de El Ratón -alias con el que también es identificado el hijo de El Chapo Guzmán-, una decisión que le valió un sinfín de críticas y que fue percibida como una derrota para el Estado.Pese al amargo sabor de boca que dejó para el gobierno federal el primer Culiacanazo, fue cuestión de tiempo para que su desafortunado destino alcanzara no sólo al protagonista de dicho episodio, Ovidio Guzmán López, sino también al grupo de comandantes que en aquella ocasión coordinaron o participaron directamente en la operación para liberarlo. El Nini: el violento jefe de seguridad de Los ChapitosAunque cada una de las facciones que conforman al Cártel de Sinaloa cuentan con diversos brazos armados a su servicio, en el caso de Los Chapitos hubo uno que alcanzó gran interés mediático por haber sido el primer frente de defensa durante los intentos de arresto de El Ratón: Los Ninis. El nombre de dicho grupo de pistoleros no fue casualidad sino que derivó del alias de su líder, quien fue identificado como Néstor Isidro Pérez Salas. El Nini como fue mejor conocido entre las filas del Cártel de Sinaloa fue descrito por autoridades mexicanas y estadounidenses como un violento lugarteniente que acumulaba una amplia trayectoria delictiva. Desde el secuestro y asesinato de agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) o de rivales de Los Zetas y hasta operar sus propias redes de trasiego de drogas, El Nini fue un elemento de alto nivel del anillo de seguridad de Los Chapitos, sin embargo y como pasó con sus jefes Ovidio y Joaquín Guzmán López, su suerte se agotó. En noviembre de 2023, Néstor Isidro Pérez Salas fue arrestado por elementos de la Guardia Nacional en la colonia Colinas de la Rivera en Culiacán. Su perfil hiperviolento y haber operado bajo las órdenes de Iván Archivaldo Guzmán Salazar colocaron a El Nini en el radar de autoridades estadounidenses, quienes lo acusaron formalmente ante el Distrito Sur de Nueva York. Los cargos que pesaban en su contra al otro lado de la frontera motivaron la extradición de Néstor Isidro Pérez Salas en mayo de 2024 y, aunque su proceso judicial se ha mantenido hermético, información obtenida por Angel Hernández para MILENIO apunta a que El Nini apostó por negociar un acuerdo de culpabilidad que le permita no sólo evitar un juicio sino también acceder a beneficios judiciales como, por ejemplo, una sentencia menor. El alto perfil que El Nini ostentaba dentro de las filas de Los Chapitos quedó plasmado también en una serie de ‘narcocorridos’ difundidos tras su arresto y que terminaron por exhibir su relevo dentro del organigrama criminal. La caída de El Piyi"A la capital le quitaron un hombre y un buen elemento, ni modo, así es esto. Recuerden y atentos, saben que se pueden abrir esas rejas de acero, 27 y Piyi cuídense el terreno, la familia y a los viejos", se le escucha interpretar a Peso Pluma en un narcocorrido que narra la caía de Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini. La People II -nombre del controversial tema- así como otros narcocorridos que ensalzan a miembros del Cártel de Sinaloa se convirtieron en material de interés para equipos de inteligencia federales que, poco a poco, fueron sacando a uno de los jefes de seguridad de Los Chapitos del anonimato. Tres identidades distintas y una discreción para no mostrarse en redes sociales hicieron que durante años sobre El Piyi solo se conociera su alias, no obstante y de acuerdo con información de Luis Chaparro para MILENIO, fue el seguimiento a los narcocorridos que lo mencionaban lo que terminaron por guiar a las autoridades hasta su arresto ocurrido la tarde del 19 de septiembre en el sector Jardines de Santa Fe en Culiacán. Casi un año después de su arresto, Fernando Pérez Medina y/o Martín Martínez Zazueta y/o Mario Alexander Gámez Cuevas terminó por formar parte del paquete de 26 generadores de violencia que fueron entregados por el gobierno de México a Estados Unidos por segunda ocasión en 2025. Fue corto el tiempo que El Piyi ocupó la vacante que El Nini había dejado pues en cuestión de meses terminó por convertirse en uno de los múltiples alfiles que Los Chapitos han perdido tras el estallido del conflicto que hasta la fecha sostienen con La Mayiza luego de la traición de Joaquín Guzmán López que llevó a manos de autoridades estadounidenses a Ismael El Mayo Zambada. La muerte de El GavilánTras la caída de El Piyi y con los ojos de autoridades y de rivales sobre Jorge Humberto Figueroa Benítez alias El 27 o La Perris -otro lugarteniente de Los Chapitos señalado como partícipe del secuestro de El Mayo Zambada-, entre las filas del anillo de seguridad de Los Chapitos comenzaba a surgir un nuevo liderazgo: El Gavilán. El 28 de septiembre de 2024 en las inmediaciones de la colonia Alturas del Sur en la capital sinaloense fue abandonada una camioneta tipo van de color blanco en cuya lateral fue escrita la leyenda "Bienvenidos a Culiacán". El verdadero horror se hizo evidente luego de que autoridades confirmaran que al interior del vehículo se encontraban los cuerpos de ocho hombres que presentaban signos de tortura y heridas de arma de fuego. Aquella tétrica escena fue la carta de presentación de El Gavilán, quien aunque ya había protagonizado un narcocorrido de Peso Pluma, tiempo después trascendió que respondía al nombre de Juan Luis Castro Morales. El ascenso de El Gavilán fue tan abrupto como su caída pues, en enero de 2025 fue abatido durante un enfrentamiento con Los Rugrats, uno de los brazos armados al servicio de Los Mayos. Fuentes de inteligencia federal revelaron a MILENIO que, en el afán de mantener en alto la moral de sus tropas, Iván Archivaldo Guzmán Salazar ordenó ocultar el cadáver de su jefe de seguridad durante varios días en un congelador improvisado hasta que posteriormente fue enviado a la funeraria Emaus en Culiacán.La traición que llevó a la detención de El 200A finales de febrero, el Gabinete de Seguridad informó sobre el arresto de Kevin Alonso Castro Gil alias El 200. El golpe no fue menor para Los Chapitos pues dicho arresto se sumó al listado de jefes de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar que fueron neutralizados durante el conflicto que se libra en Culiacán. Según informó el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, El 200 era el responsable de coordinar la compra de armas y municiones para Los Chapitos, además de que se le relacionó con homicidios, extorsiones y ataques a la autoridad. Paralelo a su arresto, fuentes de inteligencia federal contaron a MILENIO que la información que guió a las autoridades al arresto tanto de dicho lugarteniente como de otros operadores de los hijos de El Chapo como José Ángel Canobbio Inzunza y Mauro Alberto Núñez Ojeda provino de Jorge Humberto Figueroa Benítez.La traición de La Perris condujo a El 200 primero a ser encarcelado en México y posteriormente a ser entregado junto a otros 26 generadores de violencia a Estados Unidos en donde, al igual que El Piyi y El Nini, libra un arduo proceso legal en el Distrito Sur de Nueva York. El abatimiento de La PerrisEl arresto de algunos de los miembros de más alto nivel de Los Chapitos fue vinculado a la información que Jorge Humberto Figueroa Benítez proporcionó a las autoridades. Sin embargo, aún y después del señalamiento de traición, La Perris continuó operando. El jefe de seguridad de Los Chapitos no sólo se había convertido en uno de los fugitivos buscados por la justicia estadounidense, sino que también había logrado escalar peldaños dentro del aparato sicarial de la organización criminal al grado de llegar a ser considerado como la mano derecha de Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini.La relevancia que ocupaba dentro del organigrama criminal fue la misma que lo convirtió en una pieza clave de la ‘narcoguerra’ que Los Chapitos y Los Mayos libran por el control de Culiacán y del Cártel de Sinaloa, no obstante, su destino fue igual de desafortunado que el de todos aquellos que han muerto desde el inicio del conflicto.El viernes 23 de mayo, La Perris fue abatido durante un enfrentamiento armado entre civiles y fuerzas especiales del Ejército Mexicano en la comunidad de Bariometo en Navolato, Sinaloa. Fue el secretario de seguridad y protección ciudadana, Omar García Harfuch, quien confirmó que la identidad de una de las personas abatidas durante dicho episodio correspondía a la del jefe de los seguridad de Los Chapitos.El asesinato de El Panu en CdMx La noche del 21 de diciembre, en plena víspera de navidad, la detonación de un arma de fuego desató caos en el corazón de la Zona Rosa en la Ciudad de México. Fue cuestión de tiempo para que autoridades y transeúntes se percataran de que los disparos se registraron en el restaurante Luaú en la colonia Juárez y que habían cobrado la vida de una persona. Los primeros reportes ubicaban a la víctima como un empresario de Mazatlán, sin embargo, poco tardó en revelarse que en realidad se trataba del único jefe de seguridad que había resistido la erosión de la estructura criminal de Los Chapitos: Óscar Noé Medina González.El Panu, como era mejor conocido, fue identificado por autoridades estadounidenses y mexicanas como uno de los subordinados de mayor confianza de Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Su rol dentro de dicha facción del Cártel de Sinaloa, además de coordinar al aparato sicarial, contemplaba operaciones logísticas para el trasiego de drogas.La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx) confirmó la identidad del lugarteniente de Los Chapitos e informó que el hecho motivó la apertura de una carpeta de investigación por el delito de homicidio.Con El Panu fuera del tablero criminal, no es de sorprenderse el ascenso de nuevos liderazgos dentro de la estructura de Los Chapitos aún y cuando los hechos les han demostrado los únicos dos destinos que podrían alcanzar. ATJ