Tristeza y rabia. Mucha rabia. La localidad alicantina de Crevillent entera, más en concreto la familia y amigos de la joven fallecida y del herido grave de 33 años en el incendio de este lunes en una vivienda, así como todo el entorno de la plaza Al-Shafra, amanecían hoy "con una pena inmensa, imposible de describir con palabras” al conocer la muerte de Andrea, de sólo 25 años. Un suceso “que se veía venir, que se podía y se debía haber evitado”. Frases estas que repetían de buena mañana todos los vecinos, cogiéndose la cabeza. Incrédulos. Absolutamente rotos. Furiosos. Con lágrimas en los ojos. “Esta pareja era la que más había denunciado el infierno absoluto que hemos vivido en el último año con este individuo”.