"Hay gente que lo pone en duda, pero está claro que Victoria Eugenia fue una reina que se preocupó por el pueblo español, ayudó mucho a las causas sociales de su época"

Ha pasado a la historia como una mujer fría y distante, pero la realidad de Victoria Eugenia de Battenberg es la de una reina valiente, moderna y enamorada de España. El programa 'La Linterna' de COPE, con Ángel Expósito, ha recorrido sus habitaciones privadas en el Palacio Real de Madrid, su hogar hasta el exilio en 1931, para descubrir su lado más desconocido. Esta visita exclusiva, guiada por Mario Mateos, conservador del Palacio Real, desvela los secretos de la última reina que habitó entre esos muros. Nacida en el Castillo de Balmoral y nieta predilecta de la reina Victoria de Inglaterra, su estricta educación británica forjó un carácter contenido que no le impidió amar profundamente a su país de adopción. 'Fue una reina moderna y adelantada para su tiempo', afirma Mateos, destacando que 'dio mucha visibilidad al papel de reina' con una presencia pública similar a la que conocemos hoy. Esta es la historia de la desconocida reina que modernizó España a principios del siglo XX. Su matrimonio con Alfonso XIII se celebró a los siete meses de conocerse, pero el día de su boda, el 31 de mayo de 1906, quedó marcado por la tragedia. El anarquista Mateo Morral atentó contra la comitiva real, dejando más de veinte muertos. 'Les puedo asegurar que no fue agradable bajar y ver toda aquella sangre', confesaría la propia reina sobre el suceso que empañó el inicio de su reinado. A pesar de las dificultades, Victoria Eugenia se volcó en las causas sociales. Reorganizó la Cruz Roja, creó la escuela de enfermeras y mandó construir hospitales como el de San José y Santa Adela o el que lleva su nombre en Cuatro Caminos. Según el conservador del Palacio Real, 'está claro que Victoria Eugenia fue una reina que se preocupó por hacer, en la medida de sus posibilidades, lo que podía por el pueblo español'. El equipo de 'La Linterna' ha tenido acceso a unas estancias que llevan cerradas al público desde los años 80 o 90. El recorrido comienza en la 'escalera de caoba', una obra que la propia reina mandó construir para comunicar sus aposentos con la 'Lanúseri', la sala de juegos de sus hijos. Este detalle, según Mario Mateos, 'ya habla mucho de su carácter y de la preocupación que tenía sobre sus hijos'. La sala de música, que también funcionaba como salón de conversación informal, destaca por sus tejidos de seda franceses y una espectacular lámpara de bronce y cristal, una de las más 'sencillas' de la colección de Palacio. Cerca de allí se encuentra la biblioteca, un lugar muy especial para ella, pues 'era una gran lectora' y acumuló una vasta colección de novelas y libros infantiles para sus hijos. Su educación británica en la corte de la reina Victoria, donde eran populares productos como la mermelada sevillana que hoy sigue en Buckingham, le inculcó un gran amor por la cultura. El despacho de la reina es otra de las estancias visitadas, un espacio que ya había utilizado su predecesora, María Cristina de Austria. Lo más destacado son los arrimaderos de maderas finas, o 'voisseries', que pertenecieron a los despachos de Carlos III y que fueron recolocados aquí. Mateos señala que, aunque le interesara la política, 'aconsejaría, quiero pensar, a Alfonso 13 en algunas de sus decisiones' desde la discreción. El dormitorio era la estancia más íntima y, quizás, donde 'ocultaba su tristeza', como apunta Expósito, por las conocidas infidelidades de su marido, Alfonso XIII. La cama tiene una 'triste historia', pues en ella falleció María de las Mercedes, la primera esposa del rey. Destaca también el techo, 'una fantasía del siglo 19', y una lámpara con un mecanismo que simula una fuente de agua. Victoria Eugenia y Alfonso XIII tuvieron seis hijos, pero la hemofilia, enfermedad que padecían el primogénito y el pequeño, marcó a la familia. La reina demostró ser una madre muy preocupada por sus hijos, rompiendo con la costumbre de la época de delegar su crianza. La construcción de la 'nurseri' y la escalera directa a sus aposentos es la prueba de que 'se preocupó por tener cerca a sus hijos desde que eran muy pequeños'. Con la proclamación de la Segunda República, Alfonso XIII partió al exilio, y al día siguiente, el 15 de abril de 1931, lo hizo Victoria Eugenia con sus hijos. A las cinco de la mañana, un amigo de su marido le dio el aviso definitivo. 'Entonces me dijo, tiene usted que marcharse lo más pronto posible', relató. Sobre la proclamación del nuevo régimen, la reina recordaba: 'Me dijeron que habían izado en el palacio la bandera roja. No dijeron la bandera republicana, sino la bandera roja'. Solo regresó a España una vez, en febrero de 1968, para ser la madrina en el bautizo de su bisnieto, el actual rey Felipe VI. Falleció en Lausana (Suiza) en 1969 y sus restos descansan en el Monasterio de El Escorial. Su figura, como la de su marido Alfonso XIII, 'es una gran desconocida para el país', lamenta Mateos. Exposiciones como la de la Galería de las Colecciones Reales ayudan a reivindicar la historia de la abuela del rey Juan Carlos I y bisabuela del actual monarca, cuyo linaje está presente en símbolos como la corona que luce la fachada de un emblemático hotel de Málaga.