El mundo contemporáneo se enfrenta a un conjunto de desafíos económicos de carácter estructural y coyuntural que requieren una reflexión profunda y multidimensional. La crisis inflacionaria que afecta a numerosas economías desarrolladas y emergentes, junto con la volatilidad de los mercados financieros internacionales, ha generado incertidumbre en las decisiones de inversión y consumo, afectando la estabilidad macroeconómica global.