El salón de plenos del Concello de Barbadás completó ayer su aforo en una tensa sesión extraordinaria convocada para dar cuenta de las bajas del alcalde, Xosé Carlos Valcárcel, y del concejal José Morgade del PSOE, así como de la renuncia de las cinco edilas socialistas del grupo de gobierno y de la reestructuración de las áreas municipales, tras el caso de presunto acoso laboral que sacudió el consistorio en las últimas semanas. Sin embargo, más allá del trámite administrativo —el reparto de competencias entre los tres ediles que sostienen ahora un gobierno en minoría de 17 concejales— el pleno quedó marcado por la rectificación pública del PSOE local, que aclaró que la denunciante «nunca habló de acoso laboral», sino de «presuntas coacciones y trato intimidatorio».