Tenía algo que contar, pero lo he olvidado. No me había ocurrido nunca; por lo general, cuando te vas curtiendo en el oficio, acumulas recursos para, en un caso de apuro como este, sacar adelante una columna con un mínimo de dignidad. Mi estrategia ha sido esperar, estar alerta para que cuando saltara la chispa, poder cazarla al vuelo. Nunca me ha fallado. “Que las musas te pillen trabajando”, en afortunada sentencia de Pablo Picasso.