"Tenemos que estar unidos. Hacer piña". Con esta consigna madres y padres cuyos hijos habrían sufrido abusos sexuales por parte de un cuidador del colegio Alborada, en Alcalá de Henares (Madrid), decidían poner pie en pared ante estos hechos y el silencio de este centro concertado de carácter católico con vinculaciones históricas con el Opus Dei en declaraciones a ElPlural.com. Varios días después de las primeras informaciones que hicieron saltar por los aires la gestión del colegio, pero también de las distintas administraciones, al respecto, familias y profesorado daban un paso más y empezaban a moverse, sobre todo en redes sociales, donde han hecho todo lo posible por crear comunidad. Quemar todas las vías El objetivo es claro y pasa porque el escándalo se conozca cuanto en más espacios mejor, para que la repercusión sea mayor. Para ello, crearon primero una cuenta de correo electrónico para que cualquier persona que pueda estar afectada por el caso y no sepa dónde acudir, encuentre aquí antes de nada un espacio seguro en el que poder extrapolar su vivencia personal y recibir a cambio acompañamiento, pero también consejos para emprender la vía judicial, si así lo deseara, además de otras formas de ayuda. Se trata de afectadosalborada@gmail.com. La dirección, además de en ésta, aparece en el resto de publicaciones que se han hecho en este periódico acerca de los presuntos abusos y si alguien escribe a ella puede hacerlo de la forma que desee, también anónima. A la vía mail se suma la de redes sociales en un sentido estricto, y es que el entorno de los menores ha creado también una cuenta de X (@afect_alborada), que permita hacerse eco de las noticias que salgan al respecto y que la repercusión alcance otras esferas sociales, mediáticas y políticas. Este periódico dispone de testimonios de primera mano, pero basta con echar un vistazo a los seguidores de la cuenta para darse cuenta de ello: decenas de medios de comunicación, programas de televisión y radio o rostros conocidos de partidos políticos progresistas. Como suele pasar en esto casos, las presuntas víctimas también sufren respuestas y comentarios por parte de usuarios que actúan también bajo el anonimato, pero en este caso para tratar de silenciar o justificar las denuncias, e incluso atacar a quienes, prácticamente solos, lo único que buscan es justicia. Algunos de estos ataques son tan crueles como simples. Por ejemplo, los hay que culpan a los padres y madres que llevan a sus hijos a un colegio de estas características (concertado, católico…), sin pararse si quiera a pensar que muchos progenitores no tienen otra opción. El eje de reacción abarca todos los portales posibles. Los afectados por los presuntos abusos del antiguo trabajador del colegio y el más que plausible encubrimiento del espacio académico se han movido también en Instagram. Aquí, con el nombre de afectadisalborada_ han generado un perfil al que ir subiendo las imágenes de las informaciones que han visto la luz, así como "guías" para actuar en casos de abuso...