El cambio de año suele venir acompañado de metáforas de cierre. Se acaba un ciclo, se pasa página, se clausura un periodo vital. Esta manera de entender el tiempo, tan asentada en las lenguas romances como el castellano, no es universal. El euskera, una de las lenguas más antiguas de Europa, ofrece en estas fechas una visión distinta y especialmente sugerente desde el punto de vista filológico.