Dolor de cabeza, lento de reflejos, la energía por el suelo, el humor a flor de piel. Es posible que si uno bebe más de la cuenta la noche anterior esté padeciendo lo que viene conociéndose como una resaca, algo que dice la Real Academia Española (RAE) que es traduce en un «malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso» . Lo mejor para evitar esto reside en la abstención, como uno ya debería saber, sin embargo hay productos que pueden hacer más llevadero el exceso. Diversos estudios apuntan a que hay un remedio sencillo que ayuda a mitigar los efectos del vino, la cerveza o los destilados tras grandes fiestas y que se encuentra habitualmente en los frigoríficos. Entre ellos, el queso se posiciona como una opción más que efectiva para proteger al organismo de algunos de sus efectos más perjudiciales. El nutricionista y entrenador personal Endika Montiel , conocido por su enfoque en la longevidad y la salud metabólica, ha aprovechado sus redes sociales para lanzar hablar de ello antes de los brindis habituales de la última cena del año. Montiel, que además de experto en nutrición es campeón Mr. Olympia en Europa y exfutbolista, asegura que esta sencilla costumbre puede marcar una diferencia notable en cómo el cuerpo procesa el alcohol. Según explica, las grasas y proteínas del queso generan una capa protectora en el estómago, lo que ralentiza la absorción del alcohol y, por tanto, modera la entrada del etanol al torrente sanguíneo . Ese menor ritmo de absorción evita los picos bruscos en los niveles de alcohol en sangre, que suelen estar detrás de síntomas asociados a la resaca, como dolor de cabeza o fatiga. Además de esta función física, el queso aporta nutrientes que pueden compensar parte del desgaste que el alcohol causa en el organismo. El especialista en nutrición y fitness, destaca su contenido en vitaminas del grupo B y calcio , elementos que el cuerpo utiliza en procesos de metabolización y regeneración celular, así como sus probióticos naturales, capaces de favorecer el equilibrio intestinal, una zona que también se ve afectada por el consumo de alcohol. El experto subraya que no se trata de una «cura mágica» contra la resaca ni de una licencia para beber sin moderación, sino de una estrategia práctica y respaldada por la ciencia . De hecho, varios estudios nutricionales coinciden en que ingerir alimentos ricos en grasas saludables y proteínas antes del alcohol contribuye a disminuir su impacto hepático y a mejorar la tolerancia digestiva.