Un sacerdote en Gaza relata la fragilidad de la tregua: "Siguen sonando tiroteos y explosiones de ambos lados"

A pesar del reciente acuerdo de paz, la situación en la Franja de Gaza sigue siendo precaria. Así lo ha contado el sacerdote Carlos Ferrero en el programa 'La Tarde' de COPE, donde ha descrito una realidad marcada por la incertidumbre. Aunque la violencia ha disminuido en comparación con semanas anteriores, "todavía siguen sonando tiroteos, siguen sonando explosiones, de ambos lados". El padre Ferrero reconoce una leve mejoría en el acceso a alimentos, pero subraya que no todos tienen dinero para comprarlos. La parroquia de la Sagrada Familia, que también sufrió bombardeos, continúa siendo un refugio para la comunidad cristiana. Según Ferrero, "son muy poquitos los que han podido volver a parte de sus casas". Muchos lo han perdido todo y, aunque algunos han podido instalarse con parientes, "la mayoría de la gente todavía está acá adentro con nosotros", afirma el sacerdote. La gente sigue viviendo en carpas, una situación que describe como "mortal" y "una tortura" debido al frío y las lluvias. La situación humanitaria amenaza con empeorar ante la noticia de que Israel vetará en 2026 la entrada y las operaciones de varias ONG, incluida Médicos Sin Fronteras. El padre Ferrero advierte de las consecuencias: "Que uno diga que estamos un poquito mejor no quiere decir que estemos bien". . Los hospitales funcionan a un nivel muy elemental, sin capacidad para realizar operaciones complejas o administrar tratamientos para enfermedades como el cáncer, por falta de químicos para las pruebas El propio párroco, el padre Gabriel Romanelli, no puede realizarse un análisis de seguimiento de un cáncer que padeció porque "no hay ese químico y no lo dejan entrar". A esta crisis sanitaria se suma la prohibición de entrada de materiales de construcción, impidiendo que la gente pueda reparar sus viviendas. "Que no entren las ONG, que son especialistas para tratar situaciones como esta, es otro castigo, lamentablemente, es otra cosa muy fuerte", lamenta Ferrero. Ante la llegada del nuevo año, la comunidad se aferra a la fe. En la parroquia han organizado oraciones especiales, una hora santa, el rezo del rosario y una santa misa "pidiendo por la paz, por supuesto, pidiendo la bendición y la protección para toda la gente que está aquí, de un lado y del otro". El deseo del padre Ferrero para 2026 es alcanzar "esa paz tan querida, pero que viene por la conversión a Cristo". Al despedirse, el sacerdote ha invitado a los oyentes a "elevar una oración también por esta intención, para que haya paz y reconciliación aquí con toda la gente". Con un toque de humor amargo, ha añadido su esperanza para la Nochevieja: "Esperemos que, si hay fuegos artificiales, sean de los de verdad, no de nosotros".