En los últimos dos años, los agonistas del receptor GLP-1 como por ejemplo Ozempic o Wegovy han pasado de ser fármacos para la diabetes a convertirse en el fenómeno cultural y médico de la década para luchar contra la obesidad . Y tal fue su impacto, que se pensaba que la cirugía para la obesidad había llegado a su final, pero la realidad ha sido muy diferente . La premisa. La idea es bastante clara: si me puedo estar pinchando dos veces al mes un medicamento para adelgazar… ¿Por qué voy a entrar a un quirófano? Una idea lógica, sobre todo por los riesgos que siempre se tienen al entrar a una cirugía, por muy controlados que estén. Pero este entusiasmo de abandonar el bisturí se está diluyendo poco a poco, ya que según las últimas investigaciones, la cirugía bariátrica sigue siendo superior a los agonistas de GLP-1 y logran unos resultados mucho mejores. En Xataka El fin de las agujas para adelgazar: la versión en pastilla de Wegovy es una realidad y deja fuera de juego a Ozempic El dato demoledor. El estudio que ha sacudido el tablero proviene de la NYU Langone donde los investigadores compararon a los pacientes sometidos a intervenciones como un bypass gástrico con aquellos que habían tomado Ozempic. El resultado fue bastante claro. Aquellos que se habían sometido a la cirugía consiguieron perder entre un 24 y un 26% de su peso corporal, mientras que los pacientes con fármacos perdieron una media entre un 5 y un 6%. Un resultado que no concuerda con el esperado por parte de las farmacéuticas con sus ensayos clínicos en la mano. Pero el problema es que la variable de adherencia al tratamiento vuelve a ser un gran problema en medicina. Más datos. La Clínica Universitaria de Navarra también quiso investigar en este campo, haciendo un gran estudio con 20.000 pacientes, concluyendo exactamente lo mismo: la cirugía bariátrica supera a los agonistas GLP-1 en pérdida de peso total, reducción de IMC y en composición corporal. El factor humano. El gran fallo que tiene un tratamiento farmacológico es sin duda los humanos que lo van a tomar. Y es que es bastante común en medicina que los pacientes se olviden de la toma de una dosis de su medicamento o incluso abandonen el tratamiento a mitad sin ningún tipo de control. Pero por suerte, la gran diferencia entre una pastilla (o inyección) y una cirugía es que la segunda no se puede "olvidar" Los estudios son claros en este sentido: entre el 60% y el 70% de los pacientes abandonan el tratamiento con GLP-1 antes del primer año. Algo que provoca un gran efecto rebote que hace que un paciente vuelva a su peso original, sobre todo si vuelve a tener los mismos hábitos alimentarios que antes de iniciar el tratamiento con Ozempic u otros. La diferencia. Las razones para llegar a este punto en el tratamiento son variadas: desde efectos secundarios gastrointestinales persistentes hasta el elevado coste mensual del tratamiento o el desabastecimiento . Pero la cuestión es que mientras que dejar de pincharse provoca un efecto rebote, la cirugía bariátrica, aunque es invasiva, ofrece unos resultados mucho más estables a largo plazo. Aunque lógicamente tiene otros muchos problemas a sus espaldas. Más allá de la báscula. La superioridad de la cirugía no se mide solo en centímetros de cintura. La ciencia apunta a través de una revisión sistemática publicada en JAMA Network Open este 2025 apunta a que la cirugía se asocia con una menor mortalidad general y una reducción más drástica de eventos cardiovasculares mayores comparada con los fármacos. Y aunque los GLP-1 han demostrado grandes beneficios, la verdad es que la ciencia apunta a que la cirugía sigue siendo mejor en la remisión de la diabetes tipo 2 con un riesgo de mortalidad mínimo. Además, a pesar del coste inicial de la operación, a largo plazo la cirugía resulta más barata para los sistemas de salud que un tratamiento farmacológico crónico que cuesta cientos de euros al mes de por vida. En Xataka "Perdí 55 kilos, pero recuperé 30 al dejarlo": hablamos con los españoles que han probado la montaña rusa de Ozempic Una terapia combinada. A pesar de todo esto, no estamos en una guerra de uno contra otro, sino que el futuro apunta a una integración de ambos elementos. De esta manera, ya se están explorando estrategias donde los GLP-1 se utilizan antes de la cirugía para reducir el riesgo operatorio en pacientes con obesidad extrema, o después de la cirugía como una herramienta de rescate si el paciente empieza a recuperar peso años después. Incluso la OMS ha comenzado a incluir estos fármacos en sus guías de tratamiento integral, pero recalcando que son una pieza más del puzzle, no un sustituto universal. Imágenes | David Trinks En Xataka | Cada vez tenemos más investigaciones sobre los efectos de Ozempic. Y el problema es que cada vez tenemos más dudas - La noticia "Por qué el 'efecto rebote' se ha convertido en el mejor aliado del cirujano frente al Ozempic fue publicada originalmente en Xataka por José A. Lizana .