El Papa León XIV despide el 2025 recordando al Papa Francisco y condenando las "estrategias armadas" de las potencias mundiales

El Papa León XIV ha presidido este miércoles en la Basílica de San Pedro los primeros Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios. El acto, que ha incluido el tradicional canto del Te Deum de acción de gracias, ha servido para cerrar el año civil y, de forma especial, para clausurar el Jubileo 2025. En su homilía, el Santo Padre ha destacado que el final de este año coincide con el término de un tiempo de gracia excepcional para la Iglesia. "El Te Deum que resonará dentro de poco en esta Basílica quiere dilatarse para dar voz a todos los corazones y rostros que han pasado bajo estas bóvedas y por las calles de esta ciudad", ha afirmado ante los fieles. León XIV ha contrastado con firmeza el "diseño de Dios", basado en la misericordia y la libertad, frente a las realidades oscuras que dominan la escena internacional. El Papa ha denunciado la existencia de "estrategias" que, hoy como ayer, envuelven al mundo con el único fin de conquistar mercados, territorios y zonas de influencia. "Son estrategias armadas, revestidas de discursos hipócritas, de proclamas ideológicas y de falsos motivos religiosos", ha sentenciado el Pontífice. Frente a este panorama, ha propuesto la mirada de la Virgen María, quien reconoce cómo el Altísimo "dispersa las tramas de los soberbios» y «enaltece a los humildes". Un momento de especial calado ha sido el recuerdo a su predecesor. León XIV ha mencionado que, hace un año, el "amado Papa Francisco" expresó el deseo de que Roma fuera una ciudad más acogedora para los peregrinos. "Quisiera que lo fuera todavía más después de este tiempo de gracia", ha añadido, agradeciendo la labor de quienes han trabajado durante 2025 al servicio del evento jubilar. Para el Santo Padre, la capital italiana no destaca por su gloria o potencia, sino por el testimonio de los mártires y su vocación de servicio. En este sentido, ha lanzado un deseo para el futuro de la ciudad: «Que Roma esté a la altura de sus pequeños, de los niños, de los ancianos solos y frágiles, y de las familias que más difícil tienen salir adelante». Tras la celebración, el Pontífice se ha desplazado a la Plaza de San Pedro para visitar el Portal de Belén instalado en el centro de la plaza, manteniendo la tradición de cercanía con los fieles en la última noche del año.