Toñi Moreno (52 años) despedirá el año desde un lugar muy especial: el de presentadora de las Campanadas de Fin de Año de Canal Sur . Una cita simbólica que conecta con su historia personal y profesional, profundamente ligada a Andalucía y a una forma de entender la televisión cercana, honesta y sin artificios. Pero más allá del plató y de los focos, la periodista atraviesa uno de los momentos más transformadores de su vida, marcado por la maternidad y una serenidad conquistada con el paso del tiempo. Aunque nació en El Prat de Llobregat, Toñi siempre se ha sentido andaluza . Creció en Cádiz, en una familia trabajadora que fue su primer refugio emocional. La figura de su padre, fallecido en 2016, dejó una huella profunda en su forma de entender la vida y el amor. De él aprendió la importancia de construir un hogar seguro, una enseñanza que hoy intenta transmitir a su hija Lola. «Un lugar donde sentirse querido», ha repetido en más de una ocasión, como una idea que vertebra su manera de maternar. La comunicación llegó pronto a su vida. Con apenas 12 años ya colaboraba en una emisora local, y a los 14 daba sus primeros pasos en televisión. Desde entonces, su trayectoria ha sido constante, sin atajos, construida desde el esfuerzo y la pasión por el oficio. Canal Sur fue su gran escuela y también su casa, un espacio al que siempre vuelve, ahora con la responsabilidad y el orgullo de presentar una de las noches más vistas del año. En 2020, a los 46 años, Toñi Moreno se convirtió en madre soltera de su hija Lola. Una decisión meditada, valiente y profundamente consciente. La periodista nunca ha ocultado que el proceso no fue sencillo, ni física ni emocionalmente , pero sí ha dejado claro que la maternidad lo cambió todo. «Es lo más importante que he hecho en mi vida», confesó en televisión, visiblemente emocionada. El embarazo fue posible gracias a un tratamiento de fertilidad con ovodonación , un tema que Toñi ha abordado con naturalidad, defendiendo la importancia de hablar sin tabúes de la maternidad tardía y de las distintas formas de formar una familia. En el terreno sentimental, la presentadora ha sido siempre discreta. Ha vivido relaciones conocidas, pero nunca ha permitido que su vida afectiva defina su identidad pública. Lo que sí ha defendido con firmeza es la libertad de ser y amar sin culpa. Una libertad que quiere inculcar a su hija desde la infancia, para que crezca sin miedos ni silencios. Hoy, Toñi Moreno combina su trabajo en televisión con una vida centrada en su hija, su familia y sus amigos. Entrena, escribe, disfruta de Andalucía y de los pequeños placeres cotidianos. Las Campanadas llegan como un broche simbólico: despedir el año desde su tierra, siendo ella misma y celebrando una vida construida con coherencia, coraje y amor.