Hace tiempo que cerramos el grifo mientras nos lavamos los dientes, que hemos cambiado las bombillas de filamento por las de bajo consumo y que apostamos por comprar electrodomésticos más eficientes para reducir el gasto energético y las emisiones asociadas al hogar. Pero se puede hacer más. La siguiente etapa ya está en marcha y se focaliza en las calderas, uno de los elementos de las viviendas que más polucionan.