El fin de la inocencia

Mi primer trabajo en un periódico fue en 'La Vanguardia'. El entonces director, Juan Tapia , era amigo de mis padres y una noche cenando en casa me ofreció hacer prácticas durante el verano de mis 20 años y empecé a trabajar en la sección de Sociedad. Enseguida me di cuenta de que si quería hacer algo más que los breves tenía que llegar el primero e irme el último para contestar los teléfonos de los que no estaban –era 1995, no había móviles todavía– y quedarme con lo que flotaba en el aire y nadie quería. Me costó unos días, pero con la ayuda de Carlos Esteban, coordinador de la sección, y de Ramón Aymerich, su redactor jefe, fui... Ver Más