En septiembre de 2021, un hallazgo tan fortuito como revelador sacó a la luz un fragmento olvidado de la historia romana en Lucena (Córdoba). Una pequeña escultura de Hércules niño, tallada en piedra arenisca y datada entre los siglos II y III d.C., fue encontrada por casualidad en una escombrera de las afueras del municipio, lo que dio pie a una de las recuperaciones arqueológicas más llamativas de ese año. La figura, de bulto redondo y fragmentada, conserva parte del torso infantil, las piernas y la base. Según los arqueólogos municipales, se trata casi con toda seguridad de una representación de Hércules niño combatiendo a la serpiente, un motivo habitual en la iconografía grecorromana. La pieza había permanecido enterrada entre materiales de desecho, sin que nadie supiera su origen ni su valor histórico. La escultura fue localizada en los primeros días de septiembre por Francisco García Muñoz, un vecino que se encontraba en la zona y reparó en un bloque de piedra parcialmente visible en el terreno. Al observarlo con atención, intuyó que no se trataba de una roca cualquiera. Su reacción fue inmediata: contactó con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que rápidamente trasladó la pieza al arqueólogo del Ayuntamiento de Lucena, Daniel Botella. El descubrimiento fue completamente accidental y la pieza se hallaba en un espacio usado como escombrera, lo que hace pensar que pudo haber sido desplazada desde su emplazamiento original hace décadas, quizá incluso siglos. Sin embargo, su excelente estado de conservación, dentro de lo que cabe por el tiempo transcurrido, ha permitido una primera valoración técnica positiva. A los pocos días, el alcalde Juan Pérez y la concejala de Patrimonio Histórico-Artístico, Mamen Beato, comparecieron públicamente para dar cuenta del hallazgo. Desde el Consistorio se informó inmediatamente a la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, solicitando la autorización necesaria para depositar la escultura en el Museo Arqueológico y Etnográfico de Lucena, donde podrá ser exhibida tras su estudio. A pesar de su aparente modestia, la escultura tiene un alto valor simbólico y artístico. Según el arqueólogo municipal, representa uno de los episodios más conocidos de la mitología clásica: el momento en que el joven Hércules, aún en su cuna, mata a dos serpientes enviadas por Hera para acabar con él. Este tipo de representaciones eran comunes en villas romanas o espacios domésticos decorativos, lo que abre interrogantes sobre el lugar original al que pertenecía la escultura. No se trata del único hallazgo de ese mes. Junto a esta figura, también se entregó al Ayuntamiento un lote de nueve piezas procedentes de una antigua almazara romana, entre ellas contrapesos de prensa, una base de capachos y una posible urna funeraria. Todas las piezas fueron localizadas en el término de Lucena, lo que refuerza el importante pasado romano de esta zona del sur peninsular. La historia de Hércules niño ha salido de nuevo a la luz, gracias a un gesto ciudadano y al trabajo coordinado entre vecinos, Guardia Civil y autoridades locales.