Decálogo de buena conducta para políticos

Si tuviera un partido político, algo no solo improbable sino imposible, impondría este decálogo. Se trataría de corregir la cantidad de actos deplorables que nuestros políticos realizan excusándose en que sus rivales también lo hacen. No se dan cuenta de que, comportándose de ese modo, se convierten en iguales, sino peores, que aquellos a quienes critican.