Íñigo Torres, director general de Grupo Rioja, ha compartido en los micrófonos de COPE Rioja una radiografía clara y sin alarmismos de la situación del sector vitivinícola. Aunque reconoce que el contexto global no acompaña, destaca la capacidad de resiliencia, el trabajo colectivo y el valor de marca que hacen de Rioja una denominación que sigue manteniéndose a flote e incluso creciendo. “El mayor problema es la caída del consumo a nivel mundial. Hay un cambio de comportamiento en los consumidores, especialmente entre los jóvenes, que no están entrando en el mundo del vino como nos gustaría”, explica Torres. Pese a ello, la tendencia hacia un consumo de mayor valor, aunque sea en menor cantidad, es una oportunidad que Rioja está sabiendo aprovechar. Desde 2017, el vino ha sufrido numerosos reveses, la helada histórica, aranceles de Trump, Brexit, pandemia, inflación, guerra en Ucrania… Pero Rioja ha logrado aumentar sus ventas un 0,63% en 2024, superando los 240 millones de litros, mientras el consumo mundial de vino sigue en descenso. Con más de 840 millones de litros almacenados, la ratio de existencias sobre ventas está en 3,40. “Todavía es elevada, pero hemos bajado casi 0,4 puntos en un año, y eso indica que vamos por buen camino”, afirma el director general. Desde Grupo Rioja apuestan por seguir aplicando el plan de reequilibrio iniciado hace tres años, que busca asegurar rentabilidad tanto para bodegas como viticultores. La vendimia de este año será aún más baja que la de 2024, que ya fue la menor en décadas, con 275 millones de kilos de uva, "será una vendimia muy complicada, marcada por baja fertilidad y graves ataques de mildiu”, lamenta Torres. Sin embargo, valora el esfuerzo de los viticultores y ve una oportunidad en esta menor producción, “menos uvas, pero mejores, es parte del reequilibrio que necesitamos”. También subraya el papel estratégico del vino blanco, que ya representa un 10% del total de Rioja y es la segunda DO (Denominación de Origen) en blancos de España. “Llevamos casi dos décadas apostando por variedades autóctonas y complementarias, y ahora vemos los frutos”, añade Iñigo Torres. “No creemos que haga falta arrancar. La superficie no ha crecido en exceso y además cada vez se planta menos. Lo que hace falta es seguir reduciendo rendimientos y reforzando el valor del vino de Rioja”. Torres insiste, “la clave es el equilibrio. Rioja tiene una gran marca, grandes profesionales y un sector unido. Si seguimos esta línea, podremos superar este momento complicado y lograr precios en origen más justos y sostenibles”.