La instalación, o no, de la rampa de baño en el río Miño a su paso por la ciudad de Lugo se ha convertido desde hace unos años en un auténtico clásico del verano. Al igual que la polémica, casi siempre agria y destemplada, entre la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de la capital lucense en relación con los permisos necesarios para instalar esta dotación en el dominio público hidráulico. Ahora, después de semanas mareando la perdiz, el Ayuntamiento de Lugo anuncia que se ve obligado a renunciar este verano a la instalación de ese punto de acceso al baño en el río Miño debido a las trabas administrativas impuestas por la Xunta de Galicia, a pesar de que la infraestructura está lista y los socorristas contratados. Parece que el detonante ha sido un requerimiento para la retirada de treinta mejillones de río del lugar en el que iba a ser instalada la rampa. Sin embargo, el delegado territorial del gobierno gallego, Javier Arias, ofrece una versión notablemente distinta de lo que ha vuelto a suceder un año más. Achaca “a la dejadez e ineficacia” del gobierno local el hecho de que finalmente no se vaya a colocar la tristemente famosa rampa. “Ante las dificultades y trabas que nos está poniendo la Xunta de Galicia a la hora de instalar la zona de baño este verano, tenemos que decirles a los vecinos y a las vecinas que vamos renunciar, porque a pesar de que solicitamos todo en tiempo y forma, que presentamos los informes que nos indicaron, que tenemos la infraestructura preparada y los socorristas contratados, ahora se descuelgan con otro informe, con múltiples solicitudes de informes que podíamos tener previamente realizados y una serie de actuaciones que, en la práctica, lo que hacen es impedir que se pueda abrir la zona de baños por lo menos hasta el mes de septiembre”, apuntó el alcalde. Fernández aseguró que no se trata de una cuestión técnica o puntual, sino “de una estrategia dilatoria para impedir que Lugo cuente con un espacio de baño seguro como el resto de ciudades gallegas”. Visiblemente molesto, dijo que “esto no es casual, esto es una maniobra de dilación clara para impedir que se abra la zona de baño en Lugo. Todas las ciudades tienen acceso al río de una forma cómoda y segura. En Lugo tenemos una zona de baño acondicionada con un mobiliario perfectamente adaptado, pero no tenemos acceso con una rampa segura al río porque la Xunta de Galicia nos lo está impidiendo. Y esto es algo absolutamente injusto, que está discriminando a Lugo, y que tienen que saber todos los vecinos y las vecinas de la ciudad. No queremos engañar a nadie”. La versión que ofrece el gobierno gallego es notablemente distinta. El delegado territorial de la Xunta, Javier Arias, achaca a la ”dejadez y la gestión ineficaz” por parte del Ayuntamiento de Lugo el anuncio hecho por el alcalde de que renuncia este año a la instalación de la rampa de acceso a la zona de baño en el río Miño. Considera que el gobierno local “intenta esconder su falta de trabajo y previsión echando balones fuera y culpando a la Administración autonómica de su propia inutilidad” y asegura que “no deja de sorprender que, en un procedimiento que es todos los años el mismo para instalar esta estructura en los meses de verano, no hagan nada hasta unas semanas antes”. Arias explica que la Xunta actuó “en todo momento con la máxima diligencia, dando respuesta prácticamente de un día para otro a las solicitudes de las diferentes autorizaciones que se nos fueron requiriendo para la instalación de la rampa”. En este sentido, insiste además en que se sigue un “procedimiento regulado” que debe seguir los trámites habituales, “y que el Ayuntamiento conocía ya perfectamente del año pasado”. Para el delegado, “todo parece un plan premeditado para dilatar en el tiempo a instalación de la rampa”.