El Museo del Carnaval de Badajoz, pionero en España al inaugurarse en 2007, vive una paradoja amarga: en 2025 cumple su mayoría de edad convertido en un "fantasma cultural". Solo ha abierto 7 semanas en los últimos 21 meses por falta crónica de financiación, despidiendo incluso a su personal auxiliar en noviembre de 2023. Aunque la gestión depende del Ayuntamiento, los fondos vitales (antes 35.000€ anuales) los aporta la Junta de Extremadura, que reconoce ahora que incluirá 50.000€ en un decreto de subvenciones "casi con seguridad tras agosto", pendiente de aprobación en Consejo de Gobierno. Este rescate económico –un 43% mayor que la ayuda previa– llega tras un año de caos administrativo: los Presupuestos Regionales que incluían la partida nunca se aprobaron por falta de acuerdos con PSOE y Vox, forzando a la presidenta Guardiola a buscar alternativas legales. La Secretaría General de Cultura prepara ahora un decreto "paraguas" que agrupe subvenciones nominativas para ayuntamientos, donde figuraría este museo. Aun así, ni la Consejería ni el Consistorio pueden garantizar una fecha de reapertura: "aún no hay calendario" para reactivar un espacio que recibió 2.500 visitas en solo siete semanas tras su último cierre temporal. La historia del museo es un bucle de ilusiones rotas: inaugurado con 1,15 millones de inversión pública (550.000€ del Ayuntamiento + 600.000€ de la Junta para rehabilitar La Poterna del Baluarte de Santiago), ha cerrado en cuatro ocasiones por idéntico motivo. Su agonía actual contrasta con el reconocimiento nacional del Carnaval pacense –referente junto a Cádiz y Tenerife. Mientras la Junta insiste en que la solución llegará "lo antes posible", Badajoz pierde día a día un patrimonio vivo donde se exhibían trajes y resonaban coplas que son historia viva de la ciudad.