El Tribunal Constitucional (TC) ha decidido inadmitir la solicitud de medidas cautelares presentada por los abogados de Juana Rivas, que buscaban paralizar la entrega inmediata de su hijo menor al padre, el ciudadano italiano Francesco Arcuri. Como consecuencia directa de esta resolución, el niño, de 11 años, deberá regresar este mismo martes a Italia en compañía de su progenitor, tal y como han confirmado fuentes jurídicas conocedoras del caso. La defensa de Rivas presentó este recurso ante el TC en un último intento por evitar la ejecución de la orden judicial dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada. La madre había solicitado medidas cautelares urgentes para evitar el traslado forzoso del menor, argumentando el perjuicio emocional y psicológico que supondría para el niño separarse del entorno familiar en el que reside desde hace años en España. No obstante, el Tribunal ha considerado que no concurren los requisitos exigidos para suspender la ejecución de una resolución judicial firme, especialmente al tratarse de una cuestión de derecho internacional en materia de restitución de menores. Esta decisión marca un nuevo hito en el largo y complejo proceso legal que ha enfrentado a Juana Rivas y Francesco Arcuri desde 2016, cuando ella abandonó Italia con sus hijos y se refugió en España denunciando supuestos malos tratos por parte del padre. Desde entonces, ambos progenitores han protagonizado una intensa batalla legal por la custodia de los menores, que ha incluido sentencias penales y civiles tanto en España como en Italia. Con la inadmisión del recurso por parte del TC, se confirma que el menor deberá regresar de forma inmediata a Italia, cumpliendo así la resolución judicial que otorga la custodia a su padre. La defensa de Juana Rivas ha lamentado profundamente la decisión y ha manifestado su intención de seguir luchando por los derechos del menor en todas las instancias posibles. La madre no ha realizado declaraciones públicas en las últimas horas, aunque su entorno más cercano ha expresado preocupación por el impacto que esta separación puede tener en la estabilidad emocional del niño.