El itinerario, situado en el entorno del Parque Natural Posets-Maladeta, permite recorrer un sendero forestal con paneles botánicos, sin pendientes pronunciadas ni tramos técnicos El pueblo de Huesca que se encuentra entre cascadas, picos e ibones del Pirineo En el corazón del valle de Benasque, al norte de la provincia de Huesca, se encuentra una de las rutas más accesibles del Pirineo aragonés: el sendero botánico de las Gorgas del Alba. Con una longitud de 2,5 kilómetros y un trazado circular de baja dificultad, este recorrido es apto para todo tipo de visitantes, incluidos niños y personas sin experiencia previa en senderismo. Su trazado atraviesa una zona forestal junto al curso del río Ésera, dentro del entorno del Parque Natural Posets-Maladeta. El itinerario comienza en el Plan de Turpi, un área con aparcamiento situada a unos tres kilómetros del núcleo urbano de Benasque, en el término municipal de Anciles. Desde allí, el camino sigue la margen izquierda del río Ésera entre tramos de bosque, formaciones rocosas y zonas de vegetación mixta. A lo largo del trayecto existen señalizaciones que permiten identificar diferentes especies de árboles y arbustos autóctonos. La ruta discurre en un entorno natural protegido, el Parque Natural Posets-Maladeta, declarado en 1994 y que abarca más de 33.000 hectáreas del territorio pirenaico. El sendero se encuentra a altitudes entre 1.450 y 1.550 metros. El trayecto está completamente señalizado y puede completarse en aproximadamente una hora, sin necesidad de equipamiento técnico ni preparación previa. Ruta señalizada y accesible con información botánica El sendero está marcado desde su inicio en el Plan de Turpi, que cuenta con zona de aparcamiento. El recorrido comienza por un camino ancho que asciende suavemente por la ladera entre claros de bosque, pastizales y zonas de matorral. A lo largo de este tramo predominan especies como el boj, el avellano y el fresno, además de herbáceas características del sotobosque. El recorrido cuenta con paneles interpretativos que explican las características de distintas especies vegetales locales. La dificultad del sendero es baja y no presenta pasos técnicos ni desniveles pronunciados. El perfil del camino asciende progresivamente por la margen izquierda del Ésera hasta alcanzar un puente que cruza el cauce. Desde ese punto, el regreso se realiza por la margen derecha, completando un circuito circular. Durante gran parte del recorrido, el sendero transcurre bajo cobertura forestal. El entorno natural está compuesto por bosques mixtos, con presencia de haya, abeto blanco, pino silvestre y otras especies características de la media montaña pirenaica. En las proximidades del cauce se observan ejemplares de especies hidrófilas y vegetación de ribera. Las Gorgas del Alba y el entorno del río Ésera La zona más representativa del recorrido es el conjunto conocido como las Gorgas del Alba. Se trata de un tramo del río Ésera en el que el agua desciende con fuerza formando cascadas, rápidos y pequeñas pozas entre grandes bloques de piedra. El sonido del agua y la presencia de miradores habilitados permiten observar este fenómeno geológico sin abandonar el sendero señalizado. No es posible acceder directamente al cauce, lo que garantiza la conservación del entorno. Este espacio fluvial forma parte del sistema hidrológico del valle de Benasque y tiene un papel clave en la dinámica ecológica del parque natural. Aunque el caudal del Ésera varía según la época del año, el acceso a la ruta permanece practicable en condiciones normales, incluso tras episodios de lluvias. Las infraestructuras, como los puentes y pasarelas, están acondicionadas para el tránsito peatonal y no presentan riesgos conocidos. Tras la visita a las cascadas, el camino continúa por la margen derecha del río, adentrándose de nuevo en el bosque. En esta parte del recorrido se alternan zonas de sombra con tramos más abiertos, donde la vegetación arbórea disminuye en densidad. El trazado incluye el cruce del barranco de Aigües Pases, otro pequeño cauce que desemboca en el Ésera, y que también presenta un salto de agua visible desde el camino. El sendero finaliza regresando al Plan de Turpi, donde se encuentra el aparcamiento y punto de inicio. Este formato circular evita tramos de ida y vuelta por el mismo trazado y permite una experiencia más fluida para los caminantes. La duración estimada, de una hora, puede variar en función del ritmo y del número de paradas, especialmente si se decide dedicar tiempo a la observación de flora o a la contemplación de las cascadas.