Bermeo, Mundaka y Elantxobe ya vibran con las Madalenas

Cada 22 de julio, los municipios de Bermeo, Mundaka y Elantxobe, en la costa de Bizkaia, se unen para celebrar las Madalenas, una festividad cargada de historia, simbolismo y fervor popular. Esta jornada, conocida por su romería marítima a la isla de Izaro, es uno de los eventos más esperados del año en la comarca de Busturialdea. La celebración combina tradición, leyenda y un ambiente festivo que refleja el carácter marinero de estos pueblos, fortaleciendo los lazos entre sus comunidades. La tradición del Día de la Madalena tiene sus raíces en una leyenda que narra una histórica disputa entre Bermeo y Mundaka por la posesión de la isla de Izaro, un pequeño peñón situado en la costa de Urdaibai. Según el relato, ambos municipios acordaron resolver el conflicto mediante una regata al amanecer, al primer canto del gallo, con Elantxobe como árbitro neutral. Bermeo resultó vencedor y, desde entonces, reclama la isla como suya. Aunque la historia es considerada una leyenda, esta narrativa ha dado origen a una de las tradiciones más emblemáticas de la región: el lanzamiento de una teja desde un barco hacia la isla, simbolizando la soberanía de Bermeo sobre Izaro. La isla, ahora deshabitada, albergó en el pasado un convento franciscano, del que apenas quedan vestigios. Sin embargo, la memoria de su historia y las leyendas asociadas, como la del fraile que nadaba hasta Mundaka guiado por un candil, siguen alimentando el imaginario colectivo de la zona. El Día de la Madalena comienza con una misa solemne en la iglesia de Santa Eufemia en Bermeo, alrededor de las 11:30 horas de la mañana. Tras la ceremonia, las autoridades locales, acompañadas por vecinos y visitantes, se dirigen al puerto para embarcar rumbo a Izaro. La romería marítima es el corazón de la festividad: un cortejo de barcos, engalanados con banderas, surca las aguas hasta llegar a la isla. Allí, desde el barco principal, la alcaldesa de Bermeo realiza el lanzamiento de la teja, un acto simbólico que reafirma la posesión de la isla por parte del municipio. Hilario Aurtenetxe, un vecino de Bermeo de 73 años, lleva 39 años desempeñando un papel clave en esta tradición. Media hora antes de la llegada de las autoridades, Hilario, con el apoyo de la Cruz Roja, sube a la isla para colocar las cañas que sostienen las banderas de Bermeo y la ikurriña. Este ritual, que comenzó en 1986, es para él un motivo de orgullo y una forma de mantener viva la identidad de su pueblo. Desde el año 2001, la bandera oficial de Bermeo, de colores rojo y blanco, ondea en la isla, un símbolo que sustituyó al antiguo pendón del municipio tras su aprobación oficial. Tras el acto en Izaro, la celebración se traslada a Elantxobe, donde la alcaldesa de Bermeo recibe simbólicamente el bastón de mando del alcalde local, asumiendo el "gobierno" del municipio durante unas horas. Este gesto, lleno de camaradería, refuerza la unión entre los pueblos. La jornada continúa con una gran fiesta marinera que se extiende hasta Mundaka y regresa a Bermeo, donde la música, los pañuelos marineros y los trajes de mahón azul llenan las calles de un ambiente festivo que dura hasta altas horas de la noche. La popularidad de la isla de Izaro también se vio impulsada en los años 80 gracias al cine, que llevaron la imagen de este peñón a un público más amplio. Hoy, el Día de la Madalena sigue siendo un evento vibrante que atrae tanto a locales como a visitantes, quienes se suman a la romería, los bailes y las celebraciones en los tres municipios.