¿Deberes en vacaciones? El error que puedes estar cometiendo con tus hijos este verano

Con las aulas vacías desde hace casi un mes, muchas familias se enfrentan a la gran pregunta de cada verano: ¿poner deberes a los niños o dejarles disfrutar del descanso? La respuesta no es sencilla, pero la reconocida maestra albaceteña Mari Carmen Sáez, nominada nuevamente a los prestigiosos premios EducaBanca –los “Goya de la Educación”–, tiene claro que aprender sí, pero sin imposiciones ni estrés. Desde su experiencia en el Colegio Cristo del Valle de Fuentealbilla, Sáez reivindica el verano como una oportunidad para que los niños sean protagonistas de su propio aprendizaje, alejándose de las tareas tradicionales. Según Sáez, el aprendizaje significativo no se pierde durante el verano. Si los niños realmente han asimilado conocimientos durante el curso, no hay riesgo de olvido. Lo que sí considera esencial es mantener la mente activa, pero desde la motivación y el disfrute. Los juegos de mesa también se convierten en grandes aliados. Desde los más sencillos, como los tres cerditos, hasta otros más elaborados, como el Dixit, ayudan a desarrollar memoria, razonamiento, comprensión y habilidades sociales sin necesidad de recurrir a los cuadernos de verano. Otro clásico del verano son las lecturas obligatorias. Mari Carmen Sáez recuerda que forzar puede provocar rechazo. Su consejo: dejarles leer lo que quieran, ya sean cómics, revistas o artículos sobre temas que les interesen. “Lo importante es fomentar el hábito lector, no el género”, asegura. Las escuelas de verano también son una alternativa valiosa. No solo ayudan a la conciliación familiar, sino que ofrecen experiencias diferentes a las del aula tradicional: juegos al aire libre, talleres creativos o actividades deportivas. Eso sí, Sáez aconseja no sobrecargar el verano con este tipo de actividades. “Debe haber tiempo para levantarse tarde, para no hacer nada y para aburrirse, porque del aburrimiento nacen la creatividad y el pensamiento propio”, recalca. Una de las ideas más sorprendentes que defiende esta docente es la importancia de esos ratos “vacíos” en la agenda infantil. “No es necesario rellenar cada minuto. El cerebro necesita esos momentos de pausa para explorar, imaginar y resolver problemas por sí mismo”, explica. Ganadora moral de los Goya de la Educación para muchas familias de La Manchuela, Mari Carmen Sáez apuesta durante todo el año por un modelo educativo basado en proyectos y experiencias reales, sin libros de texto ni métodos cerrados. En verano, esa filosofía se traslada al ámbito familiar: escuchar a los niños, tener en cuenta sus intereses y acompañarlos en su curiosidad es la mejor manera de no desconectar del aprendizaje. En resumen: este verano, deberes no. Aprendizaje, sí, pero a su ritmo, desde la exploración, el juego y, sobre todo, el disfrute. Porque como recuerda Sáez: “El verdadero premio es verles aprender felices”.