El Mercado de la Corredera, una de las plazas de abastos con más historia de Córdoba, se prepara para afrontar una profunda remodelación que pondrá fin a décadas de deterioro y permitirá su adaptación a las necesidades actuales. La intervención, largamente demandada por comerciantes y vecinos, busca corregir graves deficiencias estructurales, filtraciones y humedades, además de mejorar la eficiencia energética y la funcionalidad de los espacios. Será la primera gran obra desde las reformas realizadas en los años 80, cuando el mercado adoptó la fisonomía que mantiene hasta hoy. Desde entonces, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento han agravado los problemas en una infraestructura que, pese a su valor patrimonial y su ubicación estratégica, ha ido perdiendo atractivo para comerciantes y clientes. El proyecto aún no tiene fecha de inicio, aunque el Ayuntamiento de Córdoba prevé poder licitar las obras a finales de este año o comienzos de 2026. Antes será necesario concluir el estudio arquitectónico del edificio, actualmente en fase de redacción, y contratar la asistencia técnica que permitirá dar forma al pliego de condiciones. El delegado de Mercados y Comercio, Julián Urbano, ha sido el encargado de presentar los avances del informe técnico preliminar en una reunión mantenida con representantes del Consejo del Movimiento Ciudadano y con los propios placeros. Urbano ha trasladado su compromiso de sacar adelante una reforma integral “con sentido común, escuchando a los afectados y preservando el valor patrimonial del inmueble, que está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC)”. El informe ya ha identificado numerosos puntos críticos. El más urgente se localiza en el sótano, donde las humedades causadas por filtraciones en la red de saneamiento han inutilizado el espacio, que se plantea ahora recuperar como almacén o zona para instalar congeladores. También se contempla la sustitución del sistema de climatización, claramente obsoleto, la mejora de la iluminación, la renovación del mobiliario y del pavimento, y la instalación de una nueva puerta de acceso interior para favorecer el aislamiento térmico. Los comerciantes, a través de su presidente, han manifestado su respaldo a la intervención y han trasladado algunas de sus principales peticiones: un sistema de aire acondicionado eficiente, la reparación de suelos y paredes, la modernización del entoldado sobre la zona de pescadería —colocado años atrás como medida de emergencia ante desprendimientos del techo—, y la mejora de la cubierta y columnas, que presentan grietas y zonas descascarilladas. Además, el estudio sugiere intervenir en la piedra natural de los arcos, muy deteriorada, y valora la posibilidad de instalar un sistema de extracción de humos que permitiría ampliar la oferta comercial con negocios de hostelería, siempre respetando las condiciones de protección del edificio. Uno de los principales desafíos será ejecutar las obras sin cerrar completamente el mercado. Urbano ha expresado su preferencia por acometer la reforma por fases, para que los puestos puedan seguir funcionando con la menor afección posible. En caso de que esto no fuera viable, el Ayuntamiento baraja alternativas como la reubicación temporal en otro mercado municipal o el alquiler de locales cercanos. Los placeros, por su parte, se han mostrado comprensivos con los plazos administrativos y satisfechos de que el proyecto avance. “Llevamos años esperando una actuación seria y definitiva. La idea es buena y todo lo que sea mejorar el mercado lo recibimos con los brazos abiertos”, han manifestado.