Su hija, de 40 años, con obesidad mórbida e hipertensión crónica, murió a las 33 semanas de embarazo, tras acudir cinco veces a Urgencias en menos de un mes. El Servicio Andaluz de Salud admitió que hubo mala praxis y le indemnizó por ello. Pero Dolores G. M. demandó por el dolor sufrido a causa de "la muerte del nasciturus". Un juzgado de Sevilla le acaba de dar la razón a la señora Leer