Ahora que estamos en plenas vacaciones de verano, hay muchas frutas que asociamos directamente a esta estación del año, como el melón o la sandía. Sin embargo, cuando vamos al supermercado, escoger un melón maduro y dulce puede llegar a parecer un desafío para muchos, aunque como en casi todo, los gustos son muy dispares. Para ello, existen diferentes técnicas sencillas que nos pueden ayudar a acertar, o al menos, evitar que salga defectuoso. Algo que probablemente pasemos por alto, es el comercio donde vamos a comprar el melón. Puede resultar algo evidente, pero el supermercado tiene que ser fiable en cuanto a condiciones de conservación e higiene. Aunque en principio todos los melones tienen que superar un control de calidad, si lo compramos en un puesto callejero, posiblemente no sea tan buen producto o no salga del todo bueno que si lo cogemos en un establecimiento. Sin centrarnos en la apariencia, el sonido y el tacto son factores clave para identificar el melón ideal. Uno de los métodos más comunes que solemos ver e incluso hacer cada vez que vamos a hacer la compra, es el “golpecito”. Cuando damos palmaditas suaves, o incluso utilizamos los nudillos, lo ideal es buscar un sonido hueco, parecido al de un tambor. Dependiendo de la profundidad del golpe, podremos descubrir si la pulpa está bien desarrollada y jugosa. En caso de que el eco del impacto no sea así, podría significar que la fruta aún no está del todo madura, o incluso, que está ligeramente pasada. Otro factor a tener en cuenta es el peso. Si tenemos en nuestras manos un melón que nos resulta pesado, esto sugiere que la fruta está madura y además que tiene una alta concentración de agua, por tanto, tendrá mayor dulzura. Cuando sopesamos varios melones de tamaños diferentes, la mejor elección suele ser el que resulte ser más pesado. Si nos fijamos en el aspecto, las manchas también son un indicador clave. Una mancha de tonalidad amarilla es señal de que el melón ha madurado de manera natural, es decir, que ha recibido el sol necesario para ser recolectado. Por el contrario, si la mancha es verdosa o incluso blanca, es probable que haya sido recolectado antes de tiempo. También es importante la textura: aquellos que la tengan más marcada o se note más, se relaciona directamente con una mayor dulzura. Teniendo en cuenta el supermercado donde lo compremos, el sonido, el tacto, el peso y el aspecto, no tenemos excusas para fallar eligiendo el melón correcto.