El método que da la OCU para cobrar una pensión de viudedad más alta a partir de los 65 años: más de 1.100 euros

La pensión de viudedad, un salvavidas económico para quienes pierden a su cónyuge, puede convertirse en un ingreso insuficiente si no se optimizan sus condiciones. En 2025, la cuantía mínima para viudos mayores de 65 años o con discapacidad superior al 65% asciende a 1.127,60 euros mensuales (15.786,40 euros anuales) cuando existen cargas familiares, según datos de la Seguridad Social. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela estrategias clave para elevar este importe, aprovechando mecanismos legales y planificación financiera anticipada. La pensión de viudedad se calcula como un porcentaje de la base reguladora del fallecido. Por defecto, corresponde al 52%, pero este puede incrementarse al 60% si el beneficiario cumple tres requisitos: tener 65 años o más, no percibir otra pensión pública ni ingresos superiores a 9.193 euros anuales. En casos excepcionales, como cargas familiares y bajos recursos, el porcentaje puede alcanzar el 70%. La OCU subraya que muchas viudas, especialmente mujeres con escasa cotización propia, enfrentan un "abismo económico" al depender de una prestación que, de media, ronda los 898,8 euros mensuales, cerca del umbral de pobreza (750 euros). "El sistema actual perpetúa la vulnerabilidad de quienes dedicaron años al cuidado del hogar", advierte la organización. Cotización del cónyuge con menores ingresos La OCU insiste en que la anticipación es crucial. Fomentar que el miembro de la pareja con menor vinculación laboral cotice, incluso por bases reducidas, garantiza derechos a pensiones propias. "Una cotización mínima facilita el acceso a prestaciones no contributivas o complementos", explica un portavoz de la OCU. Este enfoque es vital en parejas donde un solo cotizante sostenía el hogar, un escenario que afecta al 40-60% de los ingresos familiares tras un fallecimiento. Seguros de vida y planes de pensiones Contratar un seguro de vida que cubra hasta los 66-67 años —como el negociado por la OCU— proporciona un colchón temporal mientras se tramita la pensión 4. Además, aportar a un plan de pensiones individual del cónyuge con menos ingresos (hasta 1.000 euros anuales extra, si sus rendimientos no superan 8.000 euros) incrementa su autonomía financiera. Optimización de requisitos legales En 2025, el complemento por brecha de género (35,90 euros/mes) y la revalorización del 2,8% en pensiones contributivas mejoran ligeramente las cuantías. No obstante, la OCU recuerda que solicitar el 60% de la base reguladora exige renunciar a otros ingresos. Por ejemplo, rentas de capital mobiliario no deben superar los 7.347,99 euros anuales. El diseño actual de la pensión de viudedad, pensado como complemento y no como sustitución de rentas, deja en riesgo a 593.000 personas, principalmente mujeres que cobran la mínima 4. La reforma de 2025, que elevó las pensiones mínimas un 6% y las no contributivas un 9%, palía parcialmente el problema, pero no resuelve la desigualdad de cotizaciones históricas. Así, la OCU urge a las parejas a simular escenarios post-fallecimiento, especialmente en hogares con un único cotizante. "Tener una vivienda libre de hipoteca o diversificar ingresos con inversiones a largo plazo puede marcar la diferencia entre la pobreza y una vejez digna", concluyen.