“A este paso, igual para el año que viene ya está”, comentaba una pareja al paso por el lateral del Mercado Central de Elche. “Esto ya empieza a parecerse algo más a las fotos de cómo será el edificio”, señalaba con sorna Ángel Gea, propietario de Damasol, local situado en pleno corazón de la plaza de las Flores. “El problema va a ser qué va a pasar con el retranqueo de la fachada, y eso contando con que no haya ningún problema con la estructura, porque es una rehabilitación”, decía un vecino de la zona más escéptico. El caso es que el acelerón que han experimentado las obras del Mercado Central entre la tarde del lunes y la mañana del martes daba para comentarios de todo tipo, con un denominador común: la estampa no dejaba indiferente a nadie. Todo después de que en apenas 24 horas el entorno haya comenzado a presentar una imagen totalmente diferente, con parte de las fachadas ya retiradas y permitiendo que, pese al vallado, se pueda vislumbrar lo que acontece en su interior. Solo queda una parte de los muretes, en particular en la zona más próxima a la fachada que da a los Baños Árabes, que precisamente es la zona que se debe retranquear. Mientras tanto, el interior de la primera planta ya puede ver con los restos de las construcciones anteriores prácticamente tapado, con algunos restos de escombros en los laterales. El edificio poco menos que ha empezado a quedarse en los huesos.