ATENEAS - La eterna capitana del Adesal Córdoba rememora el ascenso que salvó al club de la desaparición y desvela que, aunque planeaba su retirada esta temporada, seguirá un año más al frente del nuevo proyecto Lucía Vacas: "Es un orgullo haber jugado con las mejores jugadoras de España" Hay jugadoras que son el escudo de un club. Deportistas cuya trayectoria se fusiona de tal manera con la de su equipo que es imposible contar la historia de uno sin la otra. Son el ancla en los malos momentos, el grito en las victorias y el símbolo de una lealtad que trasciende lo profesional. La protagonista de esta historia es la personificación de esa idea en el barrio de La Fuensanta. Ha vivido el debut en la élite siendo casi una niña, un descenso doloroso, la frustración de ver al club al borde del abismo e incluso un retiro temporal para sanar la mente. Pero también ha liderado a sus compañeras en una temporada mágica, logrando en casa un ascenso que no solo fue un triunfo deportivo, sino la salvación de la propia entidad. Su nombre es Ángela Ruiz (Córdoba, 1996) y su historia es la del Adesal Córdoba. Tras 18 años defendiendo la misma camiseta, la capitana se sienta a conversar cinco años después de su último Ateneas , que marcaba el inicio de este serial. En esta charla, se abre con una sinceridad total para desvelar que estuvo a punto de colgar las zapatillas definitivamente esta misma temporada. Recuerda el año en que tuvo que parar porque no podía más, describe el ascenso de 2024 como el momento que lo cambió todo y define su relación con su entrenador, Rafa Moreno, como la de un padre y una hija. Ahora, con la ilusión renovada, lidera el nuevo y ambicioso proyecto del RAHI-Sepisur Córdoba con un objetivo claro entre ceja y ceja. PREGUNTA. Han pasado cinco años desde nuestro último Ateneas. Antes de nada, ¿cómo estás y qué ha cambiado en Ángela en todo este tiempo? RESPUESTA. Pues creo que ha cambiado mucho la edad, ¿no? Cada año mejoras más como persona y como jugadora. Ahora soy una de las más veteranas y creo que, para las más pequeñas, soy un referente aquí en este club. P. En 2020 nos contabas que compaginabas el balonmano con un trabajo en hostelería. ¿La situación sigue igual? R. Sí, sigo compaginándolo. Desgraciadamente, a día de hoy no se puede vivir solamente del balonmano, así que sigo trabajando en la hostelería y jugando a balonmano. P. Cuando sales del pabellón y dejas de ser la capitana, ¿quién es Ángela? ¿Qué haces para resetear y olvidarte un poco del balonmano? R. Es verdad que casi todas mis amigas son del balonmano, así que si no me junto con ellas aquí, me junto fuera. Pero sí que cambio. Aquí intento ser un poquito más seria; fuera soy más normal, más cariñosa. En la pista me enfado mucho conmigo misma, soy más autoexigente. Entrevista a Ángela Ruiz para Ateneas P. ¿Por qué elegiste el balonmano? R. Empecé en el colegio, era la única niña del equipo. Al final, lo que me hizo quedarme fueron mis amigos, porque se fueron apuntando todas y era como ir a divertirte con ellas. P. Desde aquella entrevista en 2020, habéis vivido un descenso y una larga travesía. En todo ese tiempo, ¿hubo algún momento en el que dijeras “hasta aquí hemos llegado, no sigo más”? R. Sí, hubo un año que acabé psicológicamente fatal. No sé si sabrás que lo dejé un año. Me retiré porque necesitaba evadirme de todo, estaba muy colapsada. Pero al final sentí que no era el fin de mi carrera y volví al año siguiente. P. ¿Cómo se gestiona mentalmente un momento tan duro como un descenso, teniendo además la responsabilidad de ser la capitana? R. Tengo la suerte de compartir vestuario con gente bastante veterana y muy comprometida. Pero es verdad que al ser la capitana, tienes que dar ejemplo y saber el escudo que llevas en la camiseta. Entrevista a Ángela Ruiz para Ateneas P. Y de repente, en 2024, llega la cara opuesta: el ascenso en La Fuensanta. Si cierras los ojos, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente de aquel día? R. Para mí, deportivamente, fue el mejor año. No tanto personalmente, pero sí colectivamente. No perder un solo partido en toda la temporada es algo que no puede decir cualquier equipo. Ese año para mí fue perfecto. Quizá faltó la espinita de ese doble ascenso, que hubiese sido una locura, pero estar ahí, en esa doble fase, para nosotras ya era un premio, era ir a disfrutar contra equipos muy buenos de Oro. Ganamos a un equipo, de hecho. P. Aquello fue la antesala de esta última temporada, donde con pocos cambios habéis luchado por volver a ascender a la máxima categoría. R. Teníamos un equipo, en principio, para mantenernos. No pensábamos estar tan arriba. Pero cada día que jugábamos, nos lo creíamos más. Llegó un punto en que pensamos: “es posible que también podamos ascender este año a Liga Guerreras Iberdrola”. Es verdad que al final, con un equipo corto y muchas lesiones, se nos fue en los partidos clave y ya no hubo manera de remontarlo. P. ¿Qué significó ese ascenso de 2024 para el club y para ti? R. Para mí, tanto personal como deportivamente, es lo mejor que he vivido en los 18 años que llevo jugando. Y para el club creo que fue un paso a seguir, porque era el todo o nada. Si ese año no hubiésemos ascendido, creo que el club no hubiese podido seguir. Ángela Ruiz, tras el ascenso de Adesal a División de Honor Oro P. ¿Sientes que se cerró una herida? R. Sí, creo que sí. Rafa Moreno apostó por todo, y por eso también volví yo. Me llamó y me dijo que necesitaba hacer un equipo para ascender y que contaba conmigo. Claramente, acepté. P. ¿Qué significa Rafa Moreno para ti? R. Rafa Moreno es como si fuese mi padre. Me ha criado desde que tengo 10 años, dentro y fuera de la pista. Además, trabajo con él, es mi jefe, así que estoy cansada de verle todos los días -ríe-. P. ¿Cómo se lleva eso de que sea tu jefe y tu entrenador también? R. Bien, la verdad. Aquí es mucho más serio que incluso en su negocio. Esto, el balonmano, es su vida para él. Ángela Ruiz, junto a Rafa Moreno en un partido de la pasada temporada P. Dejando el ascenso como el momento más bonito, ¿hay algún otro que recuerdes con especial cariño y alguno que te gustaría olvidar? R. El mejor momento, deportivamente, fue cuando era juvenil y debuté con el primer equipo, porque había jugadoras increíbles que me enseñaron un montón. Y el que quitaría… quizás el año en el que Lucía -Vacas- le dio al palo en aquel partido decisivo . P. En estos 18 años, ¿qué es lo que más has sacrificado por el balonmano? R. Creo que, al final, lo que más he sacrificado es mi vida personal y social. No se puede llevar todo. Me dedico a jugar a balonmano y a trabajar, y no tengo tanta vida social como otra gente. Pero no siento que haya perdido nada que no pueda recuperar, porque es lo que he querido siempre. Estoy contenta y muy orgullosa de cada paso que he dado. Ángela Ruiz, en un partido la pasada temporada P. ¿Cómo son los viajes con el equipo, sobre todo fuera de casa? Me han contado que no siempre tenéis las mayores facilidades. R. No, la verdad. Este año, por ejemplo, los viajes han sido muy largos y no tenemos los recursos económicos para viajar en un autobús cómodo. Hemos tenido que alquilar furgonetas y viajar en ellas el mismo día del partido o un día antes. El cansancio hace mucho, y para un equipo que quiere aspirar a más, quiere aspirar a subir, así no se puede. P. ¿Cómo ves que ha evolucionado tu figura en el balonmano a lo largo de estos años? R. Antes era una niña bastante rebelde, aunque es verdad que el balonmano me ha dado mucha disciplina, tanto en lo personal como en lo deportivo. Esa es la base de todo. P. Has estado casi 18 años en el mismo sitio. ¿Qué tiene el Adesal para que nunca te hayas ido? R. El Adesal es mi casa, mi familia, y no solo deportivamente. Rafa -Moreno- es como mi padre, aquí tengo a mis amigas... He tenido opciones de irme a otros equipos, pero siempre he decidido quedarme aquí. Entrevista a Ángela Ruiz para Ateneas P. ¿Tenéis algún ritual o manía en La Fuensanta? R. Sí, siempre tenemos que coger el vestuario número cuatro. Como no sea el cuatro, se pierde el partido -ríe-. Y también solemos tomar un café todas juntas antes de cada partido para estar más unidas. P. Hablando del nuevo proyecto, RAHI-Sepisur Córdoba, la llegada de patrocinadores es una inyección de moral, ¿no? R. Sí, es súper importante. El Imdeco nos ha ayudado mucho, ya que el mayor patrocinador que teníamos, Salma, se nos fue. Sin los patrocinadores que han venido este año no podríamos haber salido, no hay recursos económicos. P. ¿Cuál es el objetivo para esta temporada? ¿La salvación ya no vale? R. No. El objetivo es subir. El objetivo que nos tiene el club marcado es subir. Creo que se puede. Tenemos un equipo bastante bueno, mantenemos la base, nos hemos reforzado y el objetivo es subir. Entrevista a Ángela Ruiz para Ateneas P. ¿Y tú, personalmente? ¿Cómo afrontas este nuevo año? R. Personalmente me ha costado seguir. Yo me iba a retirar este año, pero al final he decidido jugar uno más, porque la aspiración de subir ilusiona. Ya te digo, había pensado en dejarlo después de este año, pero tras ver la temporada, el proyecto que hemos hecho, me he visto ilusionada como para seguir otro año más. P. ¿Será entonces tu último año? R. Creo que sí, creo que sí. P. Y una vez te retires, ¿te ves ligada al balonmano o prefieres una desconexión total? R. Cuando me retire intentaré evadirme un poco, pero no dejaré de venir. Siempre querré estar ligada a este club, al final es mi familia y de una manera u otra voy a seguir aquí, seguro. Entrevista a Ángela Ruiz para Ateneas P. Para terminar, si la Ángela de hoy pudiera hablar con la de aquel 2020, justo antes del descenso, ¿qué le dirías? R. Que con esfuerzo y constancia todo se consigue. Que habrá años mejores y años peores, pero que si confía en sí misma, siempre podrá seguir adelante. P. Pues con eso nos vamos a quedar. Muchas gracias por tu tiempo, Ángela. R. ¡ A vosotros!