Todo ciudadano, cuando se enfrenta a la Administración, es consciente de que la relación será compleja, y más si el contacto es con Urbanismo o Servicios Sociales. Nadie espera que el trámite a realizar (desde pedir una ayuda a una licencia de obra) se ejecute rápido, de manera eficiente, intuitiva. Cualquier usuario ha sufrido procedimientos marcados por la burocratización, y no en pocas ocasiones redundantes. No es extraño tampoco la petición duplicada de documentos. O, directamente, que la maraña de requisitos sean casi imposible de entender para el común de los mortales.