Las izquierdas socialdemócratas exploran un nuevo frente global en Chile: “Hay que pasar a la ofensiva”

En un contexto global marcado por la polarización, el avance de la extrema derecha y la descomposición de los equilibrios geopolíticos heredados del siglo XX, líderes progresistas de América Latina junto con Pedro Sánchez han dejado entrever la posibilidad de configurar un frente progresista global , sobre las cenizas de un orden que se desmorona y donde las derechas avanzan sin frenos. La idea de fondo de esta reunión informal ha sido que la defensa de que la democracia no puede ser una postura pasiva, sino un compromiso activo, internacional y colectivo. La defensa del multilateralismo y la lucha contra la desinformación han sido los ejes sobre los que han operado, el lema del grupo de los cinco (Brasil, Uruguay, Chile, España y Colombia) fue “Democracia siempre”. Este encuentro se ha producido en un clima internacional convulso. En América Latina, varios líderes progresistas han enfrentado intentos de desestabilización institucional a través de lo que ya se denominan golpes blandos: destituciones judicializadas, persecuciones mediáticas y bloqueos parlamentarios sistemáticos. En Europa, el ascenso de formaciones de extrema derecha y el retroceso de derechos civiles ha puesto en jaque los consensos democráticos construidos tras la Segunda Guerra Mundial. Frente a ese escenario, los asistentes al encuentro compartieron diagnósticos similares: la democracia liberal está siendo atacada desde dentro por fuerzas que, utilizando mecanismos democráticos, buscan vaciarla de contenido. Pedro Sánchez, en sus intervenciones, insistió en la necesidad de reforzar el eje progresista global como antídoto frente a estos ataques. “No podemos permitir que la democracia se convierta en una fachada vacía o en un ritual sin derechos ni justicia social”, habría dicho, según fuentes conocedoras del contenido de la reunión. El encuentro, si ha servido para algo, ha sido para sentar las bases de lo que varios asistentes describieron como una alianza política, ética y estratégica entre gobiernos progresistas. Una red de apoyo mutuo, intercambio de experiencias y coordinación en foros multilaterales, con el objetivo de reivindicar la democracia con contenido: derechos, justicia social, pluralismo y libertad de expresión real. Si algo ha quedado claro tras la reunión es que la democracia ya no puede darse por supuesta. Frente a su vaciamiento desde dentro y su acoso desde fuera, los líderes progresistas reunidos con Pedro Sánchez han lanzado una señal clara: no basta con resistir, es hora de defender activamente la democracia, actualizarla y protegerla desde una visión global, popular y progresista. Como dijo uno de los asistentes, en una frase que resume el espíritu del encuentro: “El autoritarismo viaja rápido y se disfraza bien. Solo una democracia viva, justa y combativa puede hacerle frente.” Podría ser esta la semilla de una nueva “internacional” que intente hacer frente a una más que asentada internacional reaccionaria con focos en América Latina, EEUU, Europa o Rusia entre otros. Pero más que repetir fórmulas del pasado, los líderes reunidos parecen apostar por una red flexible, diversa y global , que combine gobiernos, movimientos sociales, redes académicas y fuerzas políticas. Un espacio de diálogo e incidencia que, sin ser homogéneo, comparta ciertos principios: justicia social, democracia, soberanía popular, ecología, feminismo, antifascismo y derechos humanos. Este grupo, además, quiere expandirse. De hecho, la idea es ir sumando más miembros, entre otros Sudáfrica, Australia o Dinamarca, con el fin de articular una coalición amplia de fuerzas políticas afines. Sería la continuación de la reunión que tuvieron Lula y Sánchez en septiembre de 2024 y que ya se realizó con la intención de crear alianzas estratégicas. Es pronto para saber si este frente progresista global cristalizará en una estructura formal o si se quedará en el plano de los gestos . Pero lo que sí parece claro es que el progresismo no se resigna a ser un actor pasivo en este tiempo de colapso. Lejos de nostalgias paralizantes, apuesta por construir, desde las ruinas del viejo orden, nuevas alianzas, nuevos relatos y nuevas estrategias de transformación, quizás aún se esté a tiempo, quizás no. Veremos. __________________________________ Ruth Ferrero-Turrión es Doctora Internacional por la UCM y MPhil en Estudios de Europa del Este (UNED). Profesora de Ciencia Política en la UCM.