Este 11 de julio se han cumplido 30 años de la masacre de Srebrenica. Una atroz matanza de más de 8.000 hombres y niños bosnios musulmanes a mano del ejército serbio de Bosnia, cuya intención era hacer una limpieza étnica, lo que se consideró un genocidio por el Tribunal Penal Internacional de la Haya para la ex Yugoslavia. Para mí hubo dos personajes claves como responsables de la inducción y planificación de aquella matanza, el presidente de la Republika Sprska, Radovan Karadžić (que era psiquiatra, lo reseño por la incongruencia de su locura), que señaló las directrices al ejército, y el responsable de ejecutarlas, el general serbobosnio Ratko Mladić. Ambos fueron condenados por genocidio y crímenes de guerra y lesa humanidad por el referido tribunal de la Haya.