Contaba ayer el sombrerero Pablo Merino (de Pablo y Mayaya) que en un viaje profesional a París, cuando estaban comenzando, dieron con un artesano muy mayor que fabricaba camelias para Chanel e Yves Saint Laurent que, sin objeción alguna accedió a enseñarles su taller: «Nos quedamos maravillados. Aquí en España intentábamos visitar a sombrereros mayores y nos daban literalmente con la puerta en las narices y nos llamaban hippies de mierda». Afortunadamente, esa mentalidad de «ocultar los secretos de un taller, tan arraigada aquí», está cambiando: «No puede ser que cuando cerremos el 80 por ciento de lo que hemos aprendido de forma autodidacta se pierda. Tenemos la obligación de compartirlo». Esta es la filosofía que sustenta la iniciativa que... Ver Más