Una veintena de personas del Grupo de Pronto Auxilio Siete Fincas estuvo trabajando durante la noche junto al operativo del Infoca y los bomberos para lograr frenar el avance del fuego de varios focos que se reactivaron de noche A la caída de la tarde de este martes, la evolución del incendio forestal declarado en las inmediaciones del Castillo de la Albaida era favorable, pero, poco después, el viento provocó la reactivación de varios focos e hizo que durante la noche se vivieran momentos de angustia por el desarrollo de las llamas, que iban monte arriba. Tanto, que por momentos se pensó que el incendio saltaría la Carretera de las Ermitas, poniendo en jaque a núcleos de población diseminados por la zona. “Hubo momentos que pensamos que el fuego se iba por Las Ermitas, que se cruzaba la carretera. Ahí nos asustamos”. Son palbras de Juan Jiménez, del Grupo de Pronto Auxilio Siete Fincas conformado por voluntarios, que estuvieron haciendo frente al fuego para frenarlo en esa barrera que es la carretera de Las Ermitas. Una veintena de voluntarios han estado por la noche tratando de contener el incendio para que no amenazara a nuevas zonas de monte y, con ello, a viviendas. “Al caer la noche, parecía que la cosa estaba ya bastante parada, pero hubo un momento en el que se reactivó todo, Se crearon dos o tres frentes de llama bastante potentes”, explica. Y ahí fueron a atacar el fuego para que no saltase la carretera y siguiera devorando la Sierra. Los voluntarios de este grupo estuvieron desde el inicio del fuego, cuando uno de su svehículos de reconocimiento y vigilancia por la Sierra detectó el humo por la tarde. Cuando el incendio cogió fuerza, el Grupo Siete Fincas se centró en el flanco izquierdo del fuego, pero luego hubo que atacar la parte que subía hacia Las Ermitas. Finalmente, respiraron, cuando lograron que el incendio se quedara por debajo de esa barrera, donde el Infoca y bomberos de Córdoba también han estado trabajando durante la noche. Ahora, a la luz del día, han llegado de nuevo los medios aéreos y “se ve la cosa aparentemente tranquila, aunque hay alguna fumarola”, advierte Jiménez, “pero parece que ya dentro del perímetro”. Un vehículo y cuatro voluntarios se mantienen de retén en la zona, mientras el resto, después de trabajar contra el fuego desde ayer por la tarde, han vuelto a sus quehaceres o descansan tras una noche de angustia.