Lamborghini Temerario, el avión que alcanza las 10.000 vueltas

«Somos los últimos en llegar al ruedo de los V8 biturbo», afirmaba, serio, Rouven Morh, el director de Ingeniería de Lamborghini. «Así que quisimos entregar algo que plantase cara a nuestra competencia». Y vaya si lo hicieron. Aunque el propulsor emblemático de la marca italiana sea el V12 atmosférico, el sucesor del Huracán –su modelo más exitoso de la historia– tenía que traer argumentos de peso para que los clientes aceptasen comprar dos cilindros menos. La solución fue, como con el Revuelto –su tope de gama, un hiperdeportivo de 1.015 caballos de potencia–, la hibridación. El motor del Temerario es un híbrido enchufable ingenioso que alcanza los 920 caballos y que, sobre todo, entrega potencia desde que se pisa el acelerador hasta que llega a su límite, unas impresionantes 10.000 revoluciones por minuto. Esta cifra, inaudita en un coche de calle, se debe a que los ingenieros han diseñado el bloque desde cero para conseguir mayor rigidez gracias a tecnología de impresión 3D para los componentes internos. Es un proceso técnico y complicado, pero el resultado es apabullante: alcanza los 100 km/h en 2,7 segundos y, gracias al propulsor eléctrico, siempre hay potencia disponible para las recuperaciones. El Temerario cuenta con tres motores eléctricos. Uno de ellos asociado a la caja de cambios que entrega potencia instantánea en las vueltas bajas, hasta que el bloque térmico le supera en poder, alrededor de las 4.000 rpm. En el eje delantero, cuenta con los otros dos que, más que dar potencia –que la dan– se encargan del control de tracción, ajustando el paso por curvas constantemente a la velocidad, la dirección y el agarre de las ruedas. Aunque desarrollar un motor sea una decisión financiera difícil de tragar para un grupo automovilístico como Volkswagen –y más sabiendo que el volumen de ventas será de 3.000 unidades al año a lo sumo–, el mayor desembolso está en la centralita del coche y en diseñar un sistema que sea capaz de adaptarse en milisegundos a los factores externos. Durante las primeras vueltas en el circuito de Estoril el asfalto estaba mojado y los controles de tracción eran conservadores. Desde Lamborghini saben que muchos de sus clientes no son pilotos profesionales y optan por la seguridad. Pero en cuanto se secó, era notable como el ordenador tenía como prioridad la velocidad en el paso por curvas. Por supuesto, estos se pueden desactivar, pero cuando se maneja un bólido de este calibre, esa opción solo debería usarla el que sabe lo que hace. Además, desde Sant'Agata Bolognese han creado el Modo Drift, que permite derrapar al Temerario de manera asistida con tres niveles de intensidad. Este funciona de una manera mucho más «real» que otros modos similares de sus competidores y, de hecho, sirve para aprender a hacerlos. La prioridad a la hora de crear el Temerario era hacerlo mucho más compacto en sus dimensiones y maniobrabilidad que, por ejemplo, el Revuelto. Y lo cierto es que lo han conseguido. Sí, es cierto que su hermano mayor es más rápido y cuenta con números impresionantes. Pero gran parte de la tecnología que tiene el último modelo es una herencia directa y, cuando se va a más de 300 km/h en la recta de Estoril, las diferencias se olvidan rápidamente. El Temerario llegará a los concesionarios a finales de año, pero la marca italiana ya tiene los pedidos cubiertos hasta 2027. Su precio partirá de alrededor de 300.000 euros, pero las opciones de personalización son prácticamente infinitas con el programa Ad Personal –y la mayoría de los clientes optan por este–. Más adelante, llegarán otras versiones del deportivo, como ocurrió con su antecesor. De momento, ya existe una que cuenta con componentes de fibra de carbono para reducir su peso en 25 kilos, llamada Alleggerita. Podremos esperar descapotables, todoterreno o con más de 1.000 caballos de potencia, todo por que el testigo del Huracán esté en buenas manos y este, también, se convierta en uno de los Lamborghinis más célebres de su historia.