El 30 de abril de 1913, exactamente una década después del histórico primer vuelo de los hermanos Wright, el piloto francés Léonce Garnier protagonizó un hito histórico: el primer vuelo motorizado sobre Canarias. El evento estuvo convocado en el programa de actos de las fiestas de San Pedro Mártir organizadas por el Ayuntamiento capitalino para conmemorar la incorporación de Gran Canaria a la Corona de Castilla el 29 de abril de 1483 Garnier llegó a Las Palmas de Gran Canaria el 20 de abril de 1913, a bordo del buque Reina Sofía, acompañado de su esposa Sara Somach y el mecánico Agustín Mañero, llevando desmontado un Beirot XI con motor Anzani de 25 CV. Durante los días siguientes, el aparato se ensambló con un terreno habilitado entre la carretera de Tamaraceite y la playa de Guanarteme entre salazones y el torreón de la CICER. En Herrera en COPE Gran Canaria recordamos esta efemérides con el profesor de Geografía de la Universidad de Las Palma de Gran Canaria, responsable del perfil 'Historia para Gandules' Luis Cabrera, quien rememoró este acontecimiento histórico: "El piloto ya había realizado algunos vuelos en el País Vasco, Navarro y el sur de Francia, fue contratado por el alcalde Felipe Massieu para realizar una exhibición, y sobre las 15:00 horas del 30 de abril cuando Garnier realizó su primer vuelo de prueba elevándose varios metros sobre la explanada y dando vueltas circulares sobre la Playa de Las Canteras, ante la mirada de miles de personas que se congregaron en azoteas, montes y la misma pista improvisada". Se calcula que en torno a 6.000 y 8.000 espectadores presenciaron la exhibición. Ese día Garnier hizo varios vuelos adicionales "hasta cuatro", incluyendo uno acompañado por el capitán aerostático local Jaime Company Escandell, convirtiéndose así en el primer residente canario en volar en aeroplano. Tras el vuelo inicial, entre los 1 y 4 de mayo, "Garnier completó varias demostraciones, sobrevolando zonas como El Confital, Tamaraceite y La Isleta", incluso hizo un vuelo intermunicipal "entre Agaete y Arucas, donde aterrizó". En uno de los vuelos, el mecánico Mañanero, sufrió una fractura en la mano al accionar la hélice manualmente para el encendido del motor, una tarea muy peligrosa en aquellos tiempos, no obstante el espectáculo cotidiano. Garcier siguió con su gira por las islas y llegó a Tenerife el 9 de mayo. Realizó vuelos los días 10 y 11, pero un aterrizaje fallido destruyó el Beirot XI, lo que puso fin a sus exhibiciones. Cabrera recuerda que hoy en día hay varias réplicas del aeroplano, una de ellas está situada en la rotonda de la salida del rincón ,cerca del Centro Comercial Las Arenas y otra se sitúa en el término municipal de Ingenio.