Un espacio protegido donde la diversidad natural y las formaciones rocosas se combinan para ofrecer una experiencia de senderismo accesible y contacto directo con la naturaleza El pueblo de Huesca que se encuentra entre cascadas, picos e ibones del Pirineo La Fuente de Tamara es una surgencia natural ubicada en el corazón del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en la provincia de Huesca, Aragón. Este enclave ha ganado reconocimiento dentro de las rutas de senderismo gracias a sus aguas de un intenso color verde esmeralda y su entorno, que combina formaciones rocosas con una vegetación mediterránea que brinda un espacio de tranquilidad y frescura. Situada a lo largo del río Alcanadre, esta fuente da lugar a una badina o poza de aguas cristalinas con un tono singular que destaca entre las rocas calcáreas y la flora autóctona. Su importancia ambiental reside en la conservación de un área protegida que alberga una biodiversidad específica y un paisaje que integra elementos geológicos y biológicos característicos de la Sierra de Guara. El acceso a la zona se realiza habitualmente desde el Salto de Bierge, un punto accesible que actúa como punto de inicio para una ruta de senderismo señalizada, apta para caminantes de nivel medio y para personas con movilidad reducida en su primer tramo. El recorrido, que suma aproximadamente cinco kilómetros en cada sentido, combina pistas forestales y senderos más estrechos hasta alcanzar el lugar, donde el contacto directo con las aguas invita al descanso y al baño. Paisaje, biodiversidad y conservación en la Fuente de Tamara La Fuente de Tamara se sitúa en un enclave natural dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, un espacio reconocido por su paisaje kárstico, donde el agua y la roca forman cañones, barrancos y pozas que constituyen uno de los ecosistemas más singulares de Aragón. Esta surgencia, ubicada en el tramo conocido como “Los Fornazos”, se caracteriza por su amplia poza de tonalidad verde que varía según la incidencia de la luz y la composición mineralógica del terreno. El entorno inmediato está compuesto por formaciones rocosas de caliza y arenisca que han sido moldeadas durante miles de años por la acción del río Alcanadre. La vegetación dominante está constituida por especies mediterráneas como el pino carrasco, la sabina, el boj y arbustos de aliaga y lentisco. Estas plantas contribuyen a crear un ambiente fresco y sombreado, especialmente apreciable durante los meses cálidos. Además, el área forma parte de un corredor ecológico donde habitan aves rapaces, pequeños mamíferos y fauna acuática, que completan la diversidad natural del lugar. El estado de conservación es elevado debido a la integración del parque en figuras de protección ambiental que limitan la intervención humana directa y regulan el tránsito de visitantes. Aunque la Fuente de Tamara es un punto popular para el baño y la relajación, la infraestructura existente es mínima, manteniendo la esencia salvaje y evitando la construcción de instalaciones urbanísticas que puedan alterar el paisaje. Esto hace que la experiencia sea especialmente valorada por quienes buscan un contacto directo con la naturaleza sin artificios. Ruta y accesos para llegar al manantial El punto de partida para acceder a la Fuente de Tamara es el Salto de Bierge, una presa situada a pocos kilómetros de la localidad de Bierge, en la carretera que une Huesca con esta zona de la Sierra de Guara. El área cuenta con aparcamiento y servicios básicos, además de un albergue restaurante que sirve de referencia para los visitantes. Desde este lugar se inicia la ruta que conduce hasta la surgencia, con una señalización adecuada y un camino preparado para facilitar la llegada. Salto de Bierge. El recorrido comienza por una pista forestal ancha y cómoda, catalogada dentro de la Red de Caminos Naturales con la denominación S-1. Este primer tramo es accesible para personas con movilidad reducida y transcurre paralelo al río Alcanadre, ofreciendo vistas abiertas del cañón y la formación rocosa conocida como “Huevo de Morrano”. La senda se mantiene en suave ascenso y se encuentra señalizada con hitos y paneles que explican aspectos ambientales y geológicos del entorno. Tras aproximadamente 4,7 kilómetros, el sendero abandona la pista para adentrarse en una senda más estrecha y empinada que desciende hacia la Fuente de Tamara. Este último tramo requiere cierta atención, aunque no presenta dificultad técnica, y permite contemplar formaciones rocosas y el paso del río. La bajada final desemboca directamente en la badina principal, donde es posible acceder al agua para un baño o descanso. La ruta de ida y vuelta puede completarse en unas tres horas aproximadamente, considerando paradas y el tiempo para disfrutar del entorno. Existen alternativas para quienes deseen prolongar la experiencia, como el recorrido que continúa río arriba hacia la Fuente del Puntillo, que incluye tramos de pasos acuáticos y requiere calzado adecuado y cierta destreza.