Bajo las olas tranquilas del Mediterráneo se esconde un enemigo silencioso, casi invisible, pero capaz de provocar un intenso dolor y reacciones graves: el pez araña (Trachinus draco), también conocido como faneca brava, escarapote o sabirón. Semienterrado en los fondos arenosos hasta los 150 metros de profundidad, este pequeño depredador ha hecho de las playas de Alicante su hogar y de sus espinas venenosas un riesgo creciente para los bañistas.