La nueva estación de trenes de Valladolid enfrenta a gobierno y oposición: “A la ciudad se la va a oír sí o sí”

Adif Alta Velocidad ya ha adjudicado por casi 216 millones de euros la construcción de la nueva estación de Valladolid-Campo Grande que empezarán en dos meses. De las diez ofertas recibidas, la empresa pública se decantó por la presentada por la Unión Temporal de Empresas formada por Ferrovial, Vías y Construcciones y Zarzuela. Adif lanzó la licitación de este proyecto, uno de los de mayor importe, a principios de febrero, tras recibir el visto bueno del Consejo de Ministros. El presupuesto base de este contrato de 43 meses -tres años y siete meses- era de 249,49 millones, por lo que Adif se ahorra 33,67 millones, lo que supone una baja del 13,4 por ciento. El alcalde, Jesús Julio Carnero, cree que es positiva la inversión siempre que no afecte al futuro y al progreso de la ciudad. Carnero da la bienvenida a la estación siempre que sea compatible con el soterramiento. Eso sí, critica la adjudicación. La ve inaudita porque ha sido a espaldas de la ciudad y espera que por parte del Ministerio se inicie un diálogo. “La estación de trenes no es un ámbito único y exclusivo competencia desde el punto de vista ferroviario sino que afecta a la ciudad, y por tanto a la ciudad se le va a oír sí o sí”, explicaba el alcalde. Ha querido remarcar que el proyecto del soterramiento no lo va a dejar jamás, en respuesta a las palabras del Grupo Valladolid Toma La Palabra, que pedían al Alcalde que abandonara el proyecto dado que la adjudicación lo enterraba definitivamente. “Yo el soterramiento de la vía del tren, como gran proyecto de ciudad y como modelo que cambia radicalmente la ciudad, no lo voy a abandonar nunca. Fíjese si no es espejismo que la vida del tren a su paso por la ciudad de Valladolid de manera inicial es real”. Desde el Grupo Municipal del PSOE defienden la inversión de 216 millones de euros por parte del Ministerio para la obra, que dice el portavoz del Grupo, Pedro Herrero, es fundamental y la ciudad la necesita. Herrero asegura que la nueva estación convertirá a Valladolid en la tercera ciudad de España en alta velocidad frente al cuento del soterramiento imposible. Y pide la dimisión del alcalde si sigue boicoteando el proyecto. “El que está trabajando a espaldas de la ciudad es él. Está escondido en el Senado y está boicoteando la integración ferroviaria que se la va a cargar, se ha cargado el viaducto del Arco de Ladrillo, se ha cargado los tres pasos de Ariza, se ha cargado la nueva estación de autobuses que necesita la ciudad y esta obra de 215 millones de la nueva estación de tren no se la va a cargar porque no puede, no porque no quiera. Eso es una vergüenza, tendría que dimitir”, argumenta Pedro Herrero, portavoz del Grupo Municipal del PSOE en el Ayuntamiento. Por la Estación de Trenes Campo Grande pasan cada día entre las 7 y las 8 de la mañana, hora punta, en torno a 1.300 viajeros. Esa cifra se multiplicará entre 2035 – 2050 cuando la estación sea un punto estratégico de la red ferroviaria en España con la llegada de trenes directos norte-sur sin trasbordo en Madrid. Y al día llegarán a pasar 1.300 viajeros. Es lo que conseguirá la nueva estación que tendrá una terminal de casi 8.000 metros cuadrados, un nuevo edificio de viajeros y se duplicarán las vías y los andenes. Contará con 7.900 metros útiles repartidos en dos plantas y dos entreplantas y una plataforma de acceso, que consolidará la estación como espacio abierto e integrado en la ciudad. La futura estación conectará dos zonas de la ciudad a través de una plataforma de unos 180 metros de largo, 12 metros de ancho y 2.000 metros cuadrados de superficie. Permitiendo el acceso tanto de peatones como de ciclistas. Durante esta obras, que se prolongarán durante 44 meses, casi 4 años. Tiempo en que se compatibilizan con el servicio de los viajeros. El Ministro Óscar Puente, asegura que puede haber algunos problemas durante este tiempo como ocurrió en la estación de Chamartín. “Es una obra muy compleja porque va a haber que hacerla manteniendo el servicio. Se ha diseñado en 12 fases y la experiencia vivida en Chamartín ya nos avisa de que algunos problemillas tendremos. Trataremos de que sean los menos posibles pero evidentemente conciliar obras y prestación del servicio pues no es sencillo”, explicaba Óscar Puente.